
Orsi, Sanguinetti, Mujica y Lacalle Herrera detrás del escenario: las anécdotas y la complicidad entre recientes rivales
–Hoy se van a llevar un título –prometió ...
–Hoy se van a llevar un título –prometió Luis Alberto Lacalle Herrera en el vestíbulo sobre la calle Manuel Flores Mora.
De bastón y traje beige, el expresidente nacionalista iba a levantar minutos más tarde la temperatura de la ya calurosa Casa del Partido Colorado en el acto de homenaje por los 40 años desde el retorno a la democracia.
–Muy bienvenidos –recibió a cada mandatario el anfitrión y secretario general de los colorados, Andrés Ojeda.
Sin distinción de divisas y con un tributo para las familias de los fallecidos Jorge Batlle y Tabaré Vázquez, todos los presidentes uruguayos vivos iban a cantar presencia en esta sede partidaria. Julio Sanguinetti, el primer demócrata en calzarse la banda presidencial después de la dictadura, fue el locatario y el responsable de convocar a cada uno de los distinguidos.
Un presidente frenteamplista, uno blanco y uno colorado tuvieron varios minutos detrás del escenario para romper el hielo mientras esperaban por la llegada de José Mujica.
–Hoy es para tu mayor gloria y recuerdo. Eso también –atajó Lacalle Herrera a Sanguinetti–. No te hagas el modesto.
Luis Alberto Lacalle Herrera. Foto: Leonardo CarreñoLos presidentes recordaron en una ronda íntima la filosa ironía de la que era capaz el blanco Wilson Ferreira Aldunate.
–La crueldad de Wilson –recordó con nostalgia Sanguinetti –, era una máquina.
–No importaba agarrar un enemigo para la vida. La vida por el chiste –sostuvo Lacalle sobre su viejo rival de partido, y aseguró que esos modos llegaron a hacerle “mucho daño”.
Sanguinetti rememoró un estilo similar en su correligionario “Maneco” Flores Mora.
–¿No vino tu socio? –le dijo Lacalle Herrera al colorado mientras aguardaban por Mujica, junto a quien Sanguinetti compartió un libro de entrevistas.
El líder del MPP llegó en silla de ruedas pasadas las 19 horas junto a su pareja Lucía Topolansky.
–Hemos estado mejor, pero bueno. Hacemos lo que podemos –saludó al resto.
Minutos después, sobre el escenario, iba a hacer varias referencias a que ya se va “a morir pronto”, que ya no va “a estar” en “el mundo que se nos viene encima”, que en esa sede icónica de la política uruguaya quería rendirle su homenaje a José Batlle y Ordóñez.
El ex guerrillero estaba todavía preso cuando retornó la democracia al país. Luis Lacalle Pou estaba en pleno liceo y Orsi a punto de terminarlo. Todos recordaron dónde estaban aquel 1° de marzo de 1985. Ojeda apenas había nacido y por eso valoró que ese encuentro de “proporciones épicas” era un llamado a “honrar el legado de las personas que se han ganado un lugar en los libros de historia”.
Ley de caducidadLacalle Herrera cumplió con la promesa de dejar “un título” para las noticias cuando quiso traer a colación la Ley de Caducidad. El expresidente del Partido Nacional consideró que, contrario a la Ley de Amnistía, aquella norma no había dejado en el pasado los sangrientos hechos.
–Hoy de mañana dos coroneles fueron presos porque en el año ‘72 hicieron no sé qué cosa –afirmó y despertó el grito de una convencional colorada, familiar de militar, que denunció que los estaban procesando “sin pruebas” –. La Ley de Caducidad está siendo ignorada y estamos alimentando unos odios y unos recuerdos que no me parece que sean conducentes a todo lo que hemos dicho acá.
Mujica fue el siguiente en tomar la palabra.
–Nunca se acaban los males. Van poco a poco creciendo, dice el Martín Fierro. Mucha sabiduría popular. Yo una vez cometí el error de decir que hasta que no desaparezcan algunos actores del pasado caliente en Uruguay había cosas que no se iban a solucionar. Seguramente me equivoqué. Después anduve por España y las cosas que vi... gente buscando huesos de hace 70 u 80 años. (...) La memoria humana parece que es selectiva para priorizar y mantener el dolor, la angustia (...) Parece que somos un animal bastante pesimista, puede ser que me equivoque.
Desde el público volvió a levantarse Ximena Grignoli, militante colorada y familiar de Alberto Grignoli, un militar con causa abierta, y volvió a acusar que los efectivos de aquella época encarcelados son “presos políticos”.
Mujica intentó concederle la palabra. El público le pedía a la señora que volviera a sentarse.
–Le ruego buenamente que no actúe con esa intolerancia –pidió Sanguinetti.
La mujer se terminó retirando a pedido de colaboración. En medio del calor pesado de esa sala abarrotada, el expresidente colorado disuadió la tensión con una sonrisa.
–Esto es democracia también, el que se enoja, se enoja.
Orsi y OjedaHace menos de seis meses, Ojeda prometía presentar una denuncia penal contra el comando de Yamandú Orsi por una presunta “campaña sucia” en su contra. Muy lejos quedaron aquellas fricciones cuando senador opositor y actual presidente de la República posaron juntos para unas cuántas selfies pedidas por militantes colorados.
–¡Muchos jóvenes! –se maravilló Orsi ante las fotos y solicitudes de firmas –. ¡Bo, Andrés! Es preocupante esto.
–Te acompaño que no salís más –contestó Ojeda–. Estamos remando. Seguí caminando, haceme caso, seguí de largo.
–¡Te van a sacar el puesto ahí! –saludó Orsi detrás del escenario al flamante diputado canario por el Partido Colorado, Matías Duque.
–Este es el mundo del caudillo nuevo –lo presentó Ojeda mientras sacaban una selfie con Orsi.
El senador colorado preguntó dónde estaba el padre de Duque, Heber, un reconocido dirigente de esa filiación en Canelones. No vino, se quedó en sus pagos.
–¡Hombre del pueblo! –festejó Orsi.
Tampoco faltó ocasión para el intercambio con la vicepresidenta Carolina Cosse quien, con lágrimas en los ojos tras el homenaje a Vázquez, giró para decirle al senador colorado:
–Un grande.
Una y otra vez, ya de salida, Ojeda le hablaba a Orsi al oído. Hoy ya no compiten en las urnas.
–De verdad estoy muy agradecido de que hayas venido.
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/nacional/orsi-y-expresidentes-n5991817