Nuevo incendio en yate de Punta del Este: autoridades manejan hipótesis de sobrecarga eléctrica
Este miércoles, un incendio en el yate Invictus en el Puerto de Punta del Este motivó la intervención de Bomberos de Maldonado y personal de Prefectura, quienes tra...
Este miércoles, un incendio en el yate Invictus en el Puerto de Punta del Este motivó la intervención de Bomberos de Maldonado y personal de Prefectura, quienes trabajaron rápidamente para controlar el incidente que habría sido provocado por una sobrecarga eléctrica en el banco de baterías de la embarcación, según informaron desde la Armada Nacional.
Este es el segundo incendio de similares características en pocas horas, ambos relacionados con la misma línea de energía que provee a los barcos en la zona. No obstante, desde la Armada Nacional aclararon que en este caso "no hubo fuego, solo humo".
El siniestro ocurrió en el yate Invictus, un barco de bandera uruguaya, cuyo banco de baterías fue identificado como el foco de la sobrecarga eléctrica. Según la Armada Nacional, se maneja la hipótesis de que las líneas que alimentan los barcos en el puerto pudieran estar causando estos incidentes.
El capitán de la Prefectura de Maldonado, Pablo López, comentó a los medios locales que el incendio fue controlado rápidamente gracias a la pronta respuesta de las autoridades, aunque el daño material fue considerable.
De acuerdo a lo señalado por Subrayado, el yate Invictus, involucrado en el incendio, tiene una historia particular. Se trata de un yate de lujo modelo AK80, un barco clase A de 24 metros de largo, construido en 2010, con capacidad para 13 personas y equipado con un avanzado sistema de navegación, además de contar con un jacuzzi en la cubierta. En 2019, el yate fue rematado en Uruguay por un valor de US$243.000, luego de pertenecer a un ciudadano turco vinculado a un fraude internacional.
El barco, según el consignado medio, fue incautado tras investigaciones sobre un esquema fraudulento mediante una aplicación que permitía a los usuarios comprar ganado virtual respaldado por animales reales, pero sin que los inversores recibieran sus pagos. Este fraude, que afectó a miles de personas, involucró sumas cercanas a los US$80 millones.