
“Síndrome de Estocolmo en La Paloma”: Umpiérrez carga contra el bastión del Frente Amplio en Rocha
Por Robert Santurio
Tras su contundente reelección, Alejo Umpiérrez apuntó con dureza al municipio de La Paloma, donde el Frente Amplio retuvo el gobierno. Acusaciones de ineficiencia, privilegios y un electorado que —según él— “aplaude a sus captores”.
El domingo 11 de mayo marcó un triunfo resonante para Alejo Umpiérrez, reelecto como intendente de Rocha con más de 24.000 votos. La distancia con el Frente Amplio fue de más de 9.000 sufragios. Pero en medio de la euforia, hubo un punto rojo en el mapa: La Paloma.
Fue allí donde el Frente Amplio conservó su única victoria a nivel municipal, lo que motivó un duro análisis del jefe comunal. En diálogo con el programa En Perspectiva, Umpiérrez no ahorró críticas: “La Paloma es un páramo, es una sociedad que vive un síndrome de Estocolmo”.
La metáfora fue más que provocadora. “Los votantes aplauden a sus propios captores”, insistió, comparando la fidelidad electoral frenteamplista con un vínculo de sumisión política a pesar de lo que considera una mala gestión del municipio local.
Críticas a la gestión y reclamos de inequidad
El intendente fue más allá del discurso simbólico y desmenuzó lo que describe como un trato privilegiado del que goza La Paloma desde el gobierno departamental. “Le levantamos la basura, le cambiamos el alumbrado, le gestionamos los espacios verdes. Ningún otro municipio tiene ese respaldo. Y reciben la misma partida de 360 mil dólares anuales”.
A pesar de esa inversión, Umpiérrez cuestionó duramente los resultados: “El municipio no ha realizado un bacheo de calidad jamás, no ha comprado maquinaria como sí lo han hecho los demás. La conducción ha sido desacertada”.
En ese marco, lamentó que no se haya podido “plasmar en votos” un cambio que, según él, La Paloma necesita con urgencia. “Creíamos que podía haber una ventana de cambio, para tratar de quitar a La Paloma de un rezago que vive”.
Entre el aumento poblacional y la política de traslados
Consultado sobre el fenómeno demográfico del balneario —que en los últimos años duplicó su población—, Umpiérrez reconoció el cambio, pero lo vinculó a movimientos políticos estratégicos.
“Hubo un traslado de credenciales desde Rocha hacia La Paloma por parte del Frente Amplio para asegurarse un bastión político”, dijo, y reconoció que ese movimiento fue “acertado políticamente”. “La verdad, no cabe criticar eso; en todo caso deberíamos flagelarnos nosotros por no haber hecho lo mismo”.
El dirigente blanco también deslizó que parte del electorado palomense no tiene vínculo con el pasado institucional del balneario: “Es gente que llega con una ideología cuesta, sin conocer la historia de ese mal funcionamiento”.
¿Y el futuro del vínculo?
Ante la consulta sobre una posible mejora en la coordinación entre la Intendencia y el nuevo alcalde Rubito González, Umpiérrez fue tajante: “La relación es política”, subrayó, y añadió: “Es increíble que hoy tengamos un alcalde que votó contra el saneamiento del barrio más popular de La Paloma”.
“Más beneficio no le podemos dar. Le levantamos la basura, les damos la tosca para el bacheo, les hacemos los espacios verdes. Ningún otro municipio tiene eso. Y, sin embargo, el municipio de La Paloma construyó un discurso de auto-victimización”.
El enfoque a futuro: más allá de La Paloma
Aunque los minutos en el aire estuvieron dominados por La Paloma, Umpiérrez quiso cerrar con una mirada más amplia: “No vamos a cesar de hacer en La Paloma, porque tenemos una visión turística del desarrollo departamental. Pero Rocha tiene 80.000 habitantes, y nuestro foco también está en zonas como Punta del Diablo, La Pedrera, Aguas Dulces y La Barra del Chuy”.
El mandatario reelecto subrayó que se invertirán en esos balnearios como ya se hizo en el periodo anterior. “La Barra del Chuy no tiene ni una plaza. Eso lo vamos a cambiar”.