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Denuncian destrucción de dos cerritos de indios ubicados en la zona de Bañado y Sierra de San Miguel

Restos de una persona reposaban en su lugar sagrado. Hace más de 2.000 años que estaban allí junto a otras evidencias materiales.

 

El Ministerio de Transportes y Obras Públicas (MTOP) llevó adelante la derivación del arroyo Averías, pero le avisó a los arqueólogos que tenían la tarea de supervisar cuando estaban terminando; la situación dejó en evidencia la fragilidad de los cerritos de indios debido al avance del agronegocio y sus obras vinculadas. 

Noelia Bortolotto y Andrés Gascue, arqueólogos e investigadores del Centro Universitario Regional Este (CURE) de la Universidad de la República, presentaron dos denuncias por este hecho, una ante la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación en 2021 y otra, en diciembre de 2022, ante el ministro de Ambiente. Bortolotto y Gascue dicen que la destrucción de cerritos debido al avance del agronegocio y sus obras relacionadas es constante en la zona. El caso es tan sólo un ejemplo que, debido a las faltas graves cometidas tanto por la gestión pública como por privados, los hizo alzar la voz.

Restos de una persona reposaban en su lugar sagrado. Hace más de 2.000 años que estaban allí, junto a otras evidencias materiales, en un cerrito de indios ubicado en la zona de Bañado y Sierra de San Miguel, en el departamento de Rocha. Se trata de uno de los individuos más antiguos, de aproximadamente 2.300 años, que se encontraron en Uruguay hasta el momento.

Delicadeza. Es lo primero que podemos imaginar al pensar en cómo fue su hallazgo. Pero no, el sosiego de los restos se vio interrumpido por máquinas que hacían canales durante enero y febrero de 2021. 

“Los cerritos son la máxima expresión de arquitectura en tierra que tenemos en nuestro país. Son paisajes culturales, un legado que nos dejaron los pueblos originarios que habitaban la región este de nuestro país. También son una fuente de información y acercamiento a cómo vivían, cómo se movían, cómo se alimentaban, cómo gestionaban sus residuos las comunidades indígenas precolombinas”, cuenta Bortolotto. Gascue agrega que las estructuras de los cerritos, además de ser una fuente de información sobre los modos de vida de los grupos indígenas, pueden contener enterramientos humanos, como el que fue encontrado en la zona de Bañado y Sierra de San Miguel. “Era costumbre de estos grupos enterrar a sus muertos donde habitaban. Entonces, entre otras funciones que se han inferido, son también cementerios y, por lo tanto, lugares sagrados para estas personas”, explica. Bortolotto complementa diciendo que su rol como arqueóloga es reconstruir los pedacitos de nuestra historia que se encuentran en el territorio y protegerlos. “Los cerritos son parte de nuestra memoria. Lo que más duele es la impunidad con que se la borra. Por eso hicimos la denuncia”, expresa.

Una denuncia y tres problemas

La denuncia de los arqueólogos está vinculada con obras desarrolladas en el marco del Plan Nacional de Regulación Hídrica de los Bañados de Rocha, precisamente en la etapa “1-b”, que tiene por objetivo la “derivación y conducción” del arroyo Averías, que es sucesor del Plan de Obra “Variante 2001” de 2004. En 2017, el entonces Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente otorgó la autorización ambiental previa a la construcción de esta obra, que es de la Dirección Nacional de Hidrografía del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP). Entre sus requisitos, se incluía la elaboración de un plan de gestión ambiental que incluyera una perspectiva arqueológica. Aquí radica el primero de los problemas. Los investigadores señalan que se encargó a una consultora un estudio de impacto arqueológico específico de la zona, y en este documento de 2019 se concluye que “las intervenciones de prospección realizadas durante el trabajo de campo no registraron hallazgos arqueológicos. Es importante destacar la ausencia de construcciones en tierra (cerritos)”. Más adelante, quedaría en evidencia el error.

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