
Los 100 días de Yamandú Orsi en datos: un presidente de actos y declaraciones públicas, un Poder Ejecutivo que delega
Tras sus primeros 100 días al frente del gobierno uruguayo, Yamandú Orsi comenzó a moldear su impronta presidencial. Una que, en contraposición a sus antecesores, parece inclinarse más hacia e...
Tras sus primeros 100 días al frente del gobierno uruguayo, Yamandú Orsi comenzó a moldear su impronta presidencial. Una que, en contraposición a sus antecesores, parece inclinarse más hacia el rol de figura protocolar y conciliadora que hacia el de un jefe del Poder Ejecutivo enfocado en la centralización y la acción legislativa vertiginosa.
La pregunta central que surge de este primer tramo es: ¿qué hizo Yamandú Orsi en estos 100 días, desde su lugar como figura presidencial y como cabeza del Poder Ejecutivo? Un seguimiento de sus actividades principales y las del Poder Ejecutivo sugieren que, fiel a su estilo de delegación, su presencia en el ámbito público y su capacidad para desactivar conflictos y articular consensos han sido más notorias que una agenda reformista agresiva.
El estilo de gobernar de Orsi: delegación y visibilidadUno de los aspectos más característicos del gobierno de Yamandú Orsi en estos primeros 100 días ha sido su enfoque en delegar responsabilidades. En una entrevista con El Observador, el presidente destacó que su estilo de gestión proviene de sus años como intendente y secretario general, donde aprendió a confiar en su equipo y a permitirles tomar decisiones. “Me gusta que el equipo salga a la cancha y se haga cargo”, aseguró Orsi, enfatizando que su enfoque no es centralizado, sino más bien basado en la confianza y la delegación.
EmbedEste enfoque se ha visto reflejado en la cantidad de actos públicos y ruedas de prensa a los que Orsi ha asistido, pero también en las decisiones tomadas por sus ministros y equipos de trabajo. Aunque el presidente ha estado presente en numerosos eventos, su estilo de gobernar le permite a su equipo tomar decisiones clave, siempre con la posibilidad de intervenir y ajustar las políticas si es necesario. En palabras del propio Orsi, “el buen equipo se va armando y se foguea en la cancha”, siempre con la posibilidad de "dar marcha atrás" si hay que corregir.
Sin embargo, este enfoque también ha generado ciertas críticas. La falta de un liderazgo más visible y la ausencia de grandes decretos en comparación con sus antecesores han alimentado la percepción de que su gobierno ha tenido un comienzo más comedido. Orsi ha aprobado 35 decretos en estos primeros 100 días, una cifra considerablemente más baja que la de sus antecesores, como Luis Lacalle Pou, que en su primer período de gobierno aprobó 70 decretos.
20250301 Cambio de mando. Asunción de Yamandu Orsi. Foto: Inés Guimaraens Los temas clave en la agenda de OrsiDurante los primeros 100 días de su mandato, los datos muestran que Yamandú Orsi centró gran parte de su atención en cinco temas principales: relaciones internacionales, el personal de gobierno, seguridad pública, salud pública (especialmente en el ámbito de la salud mental) y comercio. En el ámbito internacional, Orsi logró posicionar a Uruguay como presidente de la CELAC, destacando su interés por fortalecer la presencia regional del país.
En cuanto al personal de gobierno, asumieron todas las autoridades designadas, aunque varias renuncias marcaron un desafío para el presidente, reflejando tensiones internas. En temas de seguridad, Orsi mantuvo la discusión sobre la mejora de las políticas de seguridad pública, mientras que en el área de la salud, la salud mental emergió como una prioridad, con la incorporación de medidas para abordar los problemas derivados de la pandemia y otros factores socioeconómicos. Por último, en comercio, Orsi trabajó en la consolidación de acuerdos que buscan garantizar la estabilidad económica del país, aunque aún quedan temas por resolver en la negociación de algunos proyectos clave.
Embed La política internacional: un liderazgo regional y tensiones internasDesde el inicio de su mandato, Yamandú Orsi ha buscado posicionar a Uruguay de manera destacada en el ámbito internacional. En uno de los logros más importantes de estos primeros 100 días es que Orsi logró la presidencia uruguaya de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), un puesto clave que reafirma el liderazgo de Uruguay en la región.
Sin embargo, la política exterior de Orsi también ha generado tensiones dentro de su propio partido. El Frente Amplio ha cuestionado algunas de sus decisiones, especialmente en lo relacionado con la postura de Uruguay frente al conflicto en Gaza. La neutralidad de Orsi, que optó por no tomar partido abiertamente, fue vista como un paso atrás para muchos dentro de su coalición, que esperaba una posición más firme en apoyo a la causa palestina. Además, la decisión de mantener la oficina de innovación en Jerusalén, una herencia del gobierno de Luis Lacalle Pou, también ha sido un tema de debate y crítica interna.
Embed Las dificultades en el Parlamento: un inicio sin mayoríasUno de los mayores desafíos fue la falta de mayorías claras en la Cámara de Diputados. Desde el principio, quedó claro que el Parlamento sería un terreno de constante negociación, especialmente porque, a diferencia de los últimos 20 años, el oficialismo no tiene mayoría absoluta en ambas cámaras.
En el Senado, el Frente Amplio logró mantener su control, pero en Diputados, la falta de cohesión dentro de la coalición ha sido un obstáculo constante. Esto se reflejó en varios proyectos clave, donde la falta de apoyo en la cámara baja le costó al gobierno importantes derrotas legislativas. En primer lugar, el gobierno fracasó en su intento de crear tres nuevos municipios antes de las elecciones departamentales. A pesar de que muchos partidos estaban de acuerdo en la creación de los municipios, la oposición bloqueó la propuesta en Diputados, lo que evidenció la falta de una mayoría sólida que respaldara al gobierno.
El proyecto de reforma y rescate de la Caja de Profesionales también evidenció las tensiones internas y la dificultad para lograr acuerdos en el Parlamento. En este caso, la oposición logró imponer sus condiciones, modificando el proyecto original del gobierno. Aunque se aprobó un rescate financiero para la caja, el aporte del Estado terminó siendo mayor al propuesto inicialmente, mientras que los ajustes sugeridos a los afiliados y jubilados fueron suavizados. Este proyecto sigue siendo debatido en el Senado, pero la derrota en Diputados fue un claro recordatorio de las dificultades que enfrentará Orsi al intentar implementar su agenda legislativa.
A pesar de estas dificultades, el gobierno ha mantenido un cierto optimismo. Siguen trabajando para lograr acuerdos con Cabildo Abierto en proyectos clave como el presupuesto, con la esperanza de que se puedan encontrar puntos de consenso en cuestiones como la situación de los uruguayos en el clearing y la usura. Este será un tema crucial en los próximos meses, ya que la falta de apoyo en el Parlamento puede limitar seriamente la capacidad del gobierno para avanzar en otros proyectos importantes.
Yamandú OrsiEl presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, asiste a la presentación de los avances y lineamientos previstos para el quinquenio de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente
Foto: EFE/STR Renuncias clave y los primeros desafíos internosUno de los eventos más impactantes en los primeros 100 días fueron las renuncias de jerarcas, un hecho que desvió la atención de otros aspectos de la gestión presidencial. Estos cambios dentro del gabinete no solo reflejan la complejidad interna del gobierno, sino también la falta de consenso en áreas estratégicas, lo que ha puesto a prueba la capacidad de Orsi para consolidar su liderazgo.
La primera renuncia importante ocurrió a tan solo 47 días del inicio del mandato, cuando Cecilia Cairo, ministra de Vivienda, presentó su dimisión tras una denuncia que revelaba que no había regularizado su casa y que no había pagado el Impuesto de Primaria. La situación se dio a conocer a través del programa La Pecera de Azul FM y rápidamente se convirtió en un escándalo mediático.
La renuncia de Cairo fue la más rápida desde la reapertura democrática y reflejó las tensiones entre la política social del Movimiento de Participación Popular (MPP), que impulsaba la ministra, y las expectativas de transparencia y eficiencia de la nueva administración.
Poco después, la ministra de Transporte, Lucía Etcheverry, se vio obligada a anular una resolución de la Administración Nacional de Puertos, que designaba nuevos cargos jerárquicos. Entre los ascendidos estaba su esposo, Ricardo Suárez. Esta resolución, que fue considerada irregular, sumada a otras críticas por cuestionamientos salariales, llevó a la renuncia de la vicepresidenta del organismo, Alejandra Koch. Aunque Etcheverry intentó rectificar la situación, el desgaste político fue inevitable.
La tercera renuncia fue la de Eduardo Viera al frente del Instituto Nacional de Colonización. En este caso, la causa fue una inconstitucionalidad detectada al comprobarse que Viera, siendo colono, dirigía el instituto, lo que violaba la normativa vigente. La oposición focalizó sus críticas en el organismo debido a la compra de la estancia María Dolores, un proceso que desató controversia. Aunque Viera sigue en su cargo hasta la designación de su sucesor, la renuncia ha dejado una marca en la administración de Orsi, especialmente en una institución que se esperaba que fuera clave en su agenda de desarrollo rural.
El presidente de Uruguay Yamandu Orsi abraza al secretario de la Presidencia Alejandro "Pacha" Sánchez, antes del inicio del cortejo fúnebre del expresidente uruguayo (2010-2015) José «Pepe» Mujica en el Palacio Estévez de Montevideo, el 14 de mayo de 202El presidente de Uruguay Yamandu Orsi abraza al secretario de la Presidencia Alejandro "Pacha" Sánchez, antes del inicio del cortejo fúnebre del expresidente uruguayo (2010-2015) José «Pepe» Mujica en el Palacio Estévez de Montevideo, el 14 de mayo de 2025. Foto: DANTE FERNANDEZ / AFP
Avances en la agenda de gobierno: pocos pero significativosA pesar de las dificultades parlamentarias, las renuncias y la falta de una agenda arrolladora, el gobierno de Yamandú Orsi ha logrado avanzar en varios frentes, demostrando que, aunque no hay grandes reformas, sí se han hecho progresos significativos en algunos proyectos clave.
Uno de los logros más destacados en estos primeros 100 días fue la resolución de un conflicto heredado de la administración anterior: el rescate financiero del consorcio encargado del proyecto Ferrocarril Central. A tan solo una semana de asumir, el gobierno de Orsi se encontró con una amenaza de arbitraje internacional por parte del consorcio Vía Central, que reclamaba pagos por US$ 160 millones debido a desacuerdos con el Ministerio de Transporte y el Ministerio de Economía. En lugar de dejar que el conflicto se prolongara, Orsi intervino y, junto con su equipo, logró un acuerdo por US$ 144 millones, evitando un juicio internacional y garantizando la continuación de un proyecto clave para la infraestructura del país.
Otro avance significativo fue el comienzo de la renegociación del proyecto Neptuno en Arazatí. Este proyecto, que involucra importantes inversiones para el desarrollo energético del país, estuvo detenido debido a desacuerdos en la administración anterior. Durante estos primeros meses del gobierno, Orsi logró reactivar las conversaciones y establecer una nueva fase de negociación con los actores involucrados, lo que podría tener un impacto positivo a largo plazo en el desarrollo económico de Uruguay.
Además, el gobierno ha comenzado a implementar algunas de las promesas de campaña, como la entrega del bono escolar de $2.500 para los alumnos de centros públicos, que comenzará a distribuirse a partir de julio. Este gesto se enmarca en una política de apoyo a la educación pública, una de las áreas que ha sido priorizada por Orsi desde su campaña.
20250501 Acto 1° de mayo. Carolina Cosse, Yamandu Orsi Foto: Inés GuimaraensLa falta de una agenda potente: un gobierno sin definiciones claras
Uno de los principales puntos de crítica al gobierno de Yamandú Orsi en sus primeros 100 días ha sido la ausencia de una agenda definida que impulse el debate público y marque el rumbo del gobierno. No se ha presentado un "buque insignia" ni se ha intentado transformar de manera drástica los aspectos más profundos de la política nacional.
Aunque algunos logros como el acuerdo sobre el Ferrocarril Central y la renegociación de proyectos energéticos son significativos, no han sido acompañados de cambios sustanciales en áreas como la seguridad, la educación o la salud pública que la ciudadanía esperaba. En lugar de emprender reformas profundas, ha optado por ajustes más cautelosos.
Los primeros 100 días del gobierno de Orsi muestran a un presidente que se ha mantenido en un perfil bajo en términos ejecutivos, delegando muchas decisiones a su equipo. Aunque ha logrado avances importantes, su falta de una agenda clara ha sido vista como un desafío, no solo para su gobierno, sino también para la consolidación de su liderazgo en el futuro inmediato.