Generales Locales Escuchar artículo

Rocha, entre la actividad y la incertidumbre: el desempleo baja, pero la informalidad persiste

El departamento muestra una tasa de desempleo por debajo del promedio nacional, pero casi un tercio de los trabajadores no aporta a la seguridad social.

Rocha, entre la actividad y la incertidumbre: el desempleo baja, pero la informalidad persiste

El departamento muestra una tasa de desempleo por debajo del promedio nacional, pero casi un tercio de los trabajadores no aporta a la seguridad social.

El mercado laboral de Rocha transita una aparente paradoja: mientras los indicadores oficiales muestran un nivel de desempleo moderado, la informalidad laboral se consolida como un fenómeno estructural que compromete la estabilidad del empleo y los derechos de los trabajadores.

Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al trimestre móvil enero-marzo, Rocha registró una tasa de desempleo del 5,8%, por debajo del promedio nacional para el mismo período. De una población activa estimada en 37.800 personas, 35.600 se encuentran empleadas, mientras que 2.200 están desempleadas.

La tasa de actividad se ubica en 61,4%, mientras que la de empleo alcanza el 57,9%, valores que, a primera vista, ubican al departamento en una situación favorable frente a otras regiones del país.

Sin embargo, el panorama se oscurece al mirar más de cerca. El mismo relevamiento revela que un 30,8% de los trabajadores no registra aportes a la seguridad social. Es decir, 3 de cada 10 personas ocupadas en Rocha trabajan en condiciones de informalidad, sin cobertura médica, sin jubilación futura y sin protección legal ante eventuales despidos o accidentes laborales.

Un mercado laboral con doble rostro

“El empleo en Rocha tiene un doble rostro: cantidad sin calidad”, señalan especialistas en políticas laborales consultados. A pesar de la baja desocupación, el elevado porcentaje de informalidad refleja la persistencia de actividades precarias, estacionales o atadas al turismo, sin una integración plena al sistema formal.

A esto se suma otro dato no menor: la estructura productiva del departamento, altamente dependiente del comercio minorista, el sector turístico y el empleo público, limita las oportunidades de inserción laboral en sectores de alto valor agregado o con condiciones más estables.

El desafío de formalizar sin desalentar

Para los analistas, el reto para Rocha no es solo generar empleo, sino lograr que ese empleo sea digno, protegido y con derechos. Esto implica políticas públicas de incentivo a la formalización, fiscalización más rigurosa y apoyo a las pequeñas unidades productivas que no siempre pueden asumir los costos del trabajo formal.  No alcanza con bajar el desempleo si se consolida un modelo de trabajo precario y sin garantías.

Rocha trabaja, sí. Pero casi un tercio lo hace en la sombra.

Comentarios

¡Sin comentarios aún!

Se el primero en comentar este artículo.
Volver arriba