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Estudio confirma afectación del Kitesurf en avifauna de Laguna de Garzón

Ambiente.

El Ministerio de Ambiente publicó el monitoreo de fauna en área protegida Laguna Garzón. El análisis de los datos han detectado la afectación de la práctica de deportes náuticos, particularmente el Kitesurf, sobre la avifauna compuesta por unas 65 especies registradas hasta el momento entre las que se cuentan algunas amenazadas como el Flamenco austral, la Gaviota cangrejera o el Playerito canela. Esta información ha valido para definir medidas de gestión sobre el uso del espacio en procura de compatibilizar la conservación y el uso recreativo.

Desde la gestión del área protegida y siguiendo los lineamientos del plan de manejo se mantienen al menos tres monitoreos periódicos de fauna. El de mamíferos, que se realiza desde el 2020, ha identificado al menos 12 especies, varias de ellas prioritarias para la conservación, como el Margay y el Tucu tucu. Actualmente se trabaja en conjunto con el CURE en proyectos de investigación, y con la Fundación Lagunas Costeras y una serie de propietarios que habilitan sus predios para la colocación de cámaras trampa con fines de sensibilización y divulgación.

Por su condición de objeto de conservación, las aves acuáticas son monitoreadas de forma sostenida desde el 2020 en seis puntos de lo que se conoce como el brazo de la laguna. 
En paralelo otros muestreos han permitido obtener insumos comparativos y han contribuido significativamente a la comprensión del ensamble de aves de toda la Laguna Garzón identificándose al menos 50 especies prioritarias, 25 migratorias e incluso algunas especies nuevas para el área y raras para el país como el Milano Tijereta o la Lavandera cabeza blanca.

Un tercer monitoreo involucra la detección temprana y registro de EEI (Especies Exóticas Invasoras), como lo son el Ciervo Axis, el Jabalí o el Estornino pinto que conllevan la posterior elaboración de planes de control.

La responsabilidad de esta tarea está en manos del equipo de guardaparques quienes, gracias a su capacitación y permanente presencia en territorio, dan seguimiento de forma periódica a las diferentes actividades que conlleva cada monitoreo específico, siendo frecuente la articulación con organizaciones de la sociedad civil, con investigadores y con vecinos para potenciar y efectivizar el trabajo. 

La recopilación de información tiene diferentes metodologías y se respalda con la toma de muestras de tejidos o fecas, fotografías, conteos y estimaciones, observaciones a campo, detección de animales atropellados o colocación y revisión de cámaras trampa. A su vez se apoya en el uso de plataformas digitales de ciencia ciudadana como Inaturalist, eBird, Epicollect y MiSurvey123, y para ello se realizan jornadas de capacitación con vecinos y técnicos de la zona.

Los monitoreos proporcionan información indispensable para definir las medidas de gestión del área protegida y para evaluar sus resultados y hacer ajustes cuando es necesario. El desafío para este 2024 es la consolidación y ejecución de un nuevo Programa de Monitoreo que fortalezca y profundice el trabajo que ya se viene realizando.
 

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