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Eduardo da Luz, figura de oro de Carnaval: "El candombe puede evolucionar sin cambiar la esencia, que es lo que a veces se está perdiendo"

Los pantalones cortos y la sonrisa abierta. Eduardo da Luz (Montevideo, 1954) llegó a la fonoplatea de CX24 la Voz del Aire con un sueño: recitar un poema de Héctor Gagliardi en la Revista Infan...

Eduardo da Luz, figura de oro de Carnaval: "El candombe puede evolucionar sin cambiar la esencia, que es lo que a veces se está perdiendo"

Los pantalones cortos y la sonrisa abierta. Eduardo da Luz (Montevideo, 1954) llegó a la fonoplatea de CX24 la Voz del Aire con un sueño: recitar un poema de Héctor Gagliardi en la Revista Infan...

Los pantalones cortos y la sonrisa abierta. Eduardo da Luz (Montevideo, 1954) llegó a la fonoplatea de CX24 la Voz del Aire con un sueño: recitar un poema de Héctor Gagliardi en la Revista Infantil de Miguel Ángel Manzi. Sin embargo aquella tarde, el 18 de diciembre de 1962, cantó por primera vez un candombe.

– Vengo a recitar Los Reyes Magos– ¿Y por qué no cantas un candombe?– ¿Por qué, porque soy negrito?– No, porque tenés pinta de cantar candombe– Bueno, está bien

Tamboriles, la canción de Lágrima Ríos y Romeo Gavioli fue el primer tema en la que puso su voz al aire. Una voz que desde entonces estuvo al servicio del candombe y con la que se convirtió en uno de los cantautores más reconocidos del género. Y si bien la casa de la familia Da Luz no era de tocadores sí era el hogar de una familia amante de la música. “En casa era una familia numerosa, los domingos de sobremesa nos poníamos a cantar y bajaban los vecinos del edificio a escucharnos desde la puerta. Un día un vecino le dice a mi padre lo felicito, Da Luz, ¡cómo cantan sus hijos!. Y mi padre le contesta sí, en casa son todos artistas, el único que trabaja soy yo”, recuerda.

Por aquellos días se acostaba a dormir con una Spica cerca del oído para estimular los sueños de un niño que quería ser artista. “Dormía y soñaba que cuando sea grande voy a grabar, que la gente, que los discos, que las bandas”, cuenta con una mirada dulce y la voz suave e intenta quitarle importancia con un gesto de su mano y una frase: "esas imaginaciones de niño".

En 1963 empezó una trayectoria de Carnaval que ya lleva 61 años (qué disparate, cuánto tiempo pasó ya), en la revista Abanico Musical y posteriormente en Revista Negra. En años en los que, recuerda, había “más de 200 tablados en todo Montevideo” y cada noche pasaban por seis o por diez.

“Se trabajaba mucho. Nosotros teníamos que ayudar a veces a los utileros, porque nos daban abasto de un tablado o otro, entonces a uno se le asignaba algún instrumento. Yo por ejemplo llevaba los platos de la batería y siempre que llegábamos al Verdirojo en el Cerro el que vendía los churros me decía vení, vení, poné el plato y él hacía una rueda de churros en el plato para los muchachos".

En 1973 José de Lima lo invitó a formar parte de su Serenata Africana, que después se convertiría en Marabunta, y fue allí donde empezó a conocer el mundo del candombe desde adentro. Con los años fue expandiendo a arreglador, letrista y hasta actor. “Pero entre comillas”, aclara, “porque no soy actor, solamente soy careta”.

“Carnaval me apasiona porque gracias al carnaval me abrieron la puerta en una cantidad de lugares”, dice Da Luz, que además forjó una trayectoria en radio y televisión. Paralelamente comenzó a formar parte de bandas de candombe con las que participó de la internacionalización del género, llevando sus canciones fuera de fronteras.

“Con Candombe For Export por suerte recorrimos el mundo”, dice. De Australia a Francia, España, Canadá, Estados Unidos. “En el año 2006 me invitan al Festival de Jazz de Montreux, en Suiza. Cuando llegué allá el camarín decía Eduardo Da Luz y su banda, pero miro el otro y decía María Bethânia y el siguiente Paul Simon. Yo no podía creer dónde estaba. Eso no me lo saca nadie”.

20250328 Eduardo da Luz Foto: Inés Guimaraens

“¡Me están pasando muchas cosas juntas!”, dice Da Luz y suelta una carcajada con un gesto de sorpresa. En 2023 fue nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Montevideo y horas después de esta entrevista tendrá en sus manos la mención a Figura de Oro de Carnaval.

Más allá de una extensa carrera, en la que ha sembrado canciones en decenas de comparsas y agrupaciones de candombe, y ha compuesto himnos como la Sinfonía de Tambores, está a punto de lanzar su segundo disco solista. El primero, Candombe Puro, transformó algunas de sus canciones en clásicos del cancionero popular, y el próximo será Puro Candombe. Además pocos meses atrás participó de la presentación de Mi identidad, la biografía que escribió el investigador Julio César Salorio como un repaso por su trayectoria artística.

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Eduardo Da Luz llega a la entrevista con El Observador horas antes de recibir el mayor premio que entrega el Concurso Oficial de Carnaval y con un pensamiento rondando en su cabeza: quizás sea una señal para bajarse del tablado.

"Ya estoy pensando en dar un paso al costado. A veces decís vamos a parar. Yo empecé cuando tenía 6 o 7 años y ya tengo 71, uno ya no es el mismo y por más que uno quiera hay un momento en que decís es hasta acá. Estoy pensando que ya son muchos Carnavales y capaz que esto es la señal para tener una participación en carnaval de otra manera, escribiendo, pero eso de subir al tablado como que ya la estoy pensando”, dice.

Sobre su historia en el Carnaval, la evolución del candombe, los premios y los homenajes, habló Eduardo da Luz en esta entrevista.

20250328 Eduardo da Luz Foto: Inés Guimaraens

Naciste en una familia que amaba la música, pero no venís de una familia particularmente candombera. ¿Cómo se fue dando ese enamoramiento por el candombe?

En casa a todo el mundo le gustaba la música, yo recuerdo que una de mis hermanas llevó una vez un pasadisco que era como una valijita y llevaba un disco de Miriam Makeba y un disco que se llamaba Negrocan, que era de candombe, donde estaba Hugo "Cheché" Santos. Y yo digo ¡cómo canta esa mujer!, por el registro de Hugo. Después lo conocí y empezamos a ser hermanos de la vida. Ahí empezó a entrar el candombe. Cuando estaba con Pinky en Canal 10 un día fuimos a hacer una filmación en Barrio Sur, fuimos al conventillo y estuve cantando y me acompañaron los hermanos Silva. Ahí como que empecé un poco más a decir ¡ah, esto está bueno! Después ya cuando llegué a la comparsa me empecé a juntar con otra gente que es candombera, que era del barrio Sur y Palermo, y entre ellos tocaba la guitarra y cantaba, yo acompañaba y ahí empecé a entrar más en lo que era parte de la candombería.

En seis décadas has participado en decenas de comparsas. Solo por nombrar algunas: Serenata Africana, Marabunta, Kanela y su Barakutanga, Senegal, Sinfonía de Ansina, Concierto Lubolo, Tanganica, Raíces, Yambo Kenia. Tenés 15 primeros premios y varias menciones dentro de la categoría. Con todo ese bagaje, ¿cómo has visto su evolución en la competencia?

Yo creo que por un lado se intentó evolucionar, pero capaz que soy un negro viejo que a veces piensa que la tradición no hay que cambiarla. Antes era Sur, Palermo, Cordón. Después había algo de Buceo. Y entonces vos estabas en una calle, sentías los tambores y podías decir "allá viene Morenada" por el toque que tenía. Nunca ibas a pensar en ese momento que en Malvín o en Carrasco iba a haber comparsas. Hoy hay comparsas en todos lados y en el interior. Es bárbaro pero lo que yo veo, y a veces me rechina un poco, es el toque que es lo primordial. Ahora hacen mucho rulo y candombe no. A veces digo "muchachos, el candombe es música. Es como si fuera una partitura". Vos cerrás los ojos y es una conversación que viene acá y llama al otro. Pero ahora se ha perdido mucho lo que es la esencia del candombe, ahora están tocando poquito y después se ponen a hacer rulos, arreglos y bla bla bla, y eso no es. No se evoluciona, se involuciona. Yo no lo veo como algo que aporte al candombe.

Vos eras candombero, salías a tocar y tocabas. Y ahora son diez cuadras. Ahora se pelearon en las Llamadas para acortarlas. Antes ibas de ida y vuelta: salías de Cuareim, dabas toda la vuelta, agarrabas Durazno y eran más de 20 cuadras. Pero no solamente eso, tocan para la tele. Ensayan todo el año para hacer un show en la tele, después pasan corriendo con sus arreglitos, entonces se ha perdido ese goce, eso de vamos a disfrutar, vamos a tocar. De repente tocaba un repique uno y miraba el otro repique que estaba al otro lado, y te toca a vos. Ahora no, ahora agachan la cabeza y todo el mundo se quiere lucir. Eso no, tienen que hacer música. A veces los chiquilines de ahora llevaron el candombe para otro lado y uno como negro viejo capaz que lo piensa así, pero el candombe puede evolucionar sin cambiar la esencia. La esencia no se puede perder. Que es lo que a veces está pasando acá.

20250328 Eduardo da Luz Foto: Inés Guimaraens

¿Notás que ha cambiado también el público del candombe?

Claro, porque ahora el candombe es un modismo para muchos. Ahora todo el mundo va al candombe, ahora todo el mundo quiere comprarse un tambor. Antes vos querías ir a una comparsa, entonces lo primero que los negros viejos te decían era que tenías que ir al Paso de la Arena a buscar los cueros y ponerlos en agua para hacer las lonjas. Y después armarlo, hacer la fogata y templarlo a fuego porque no había tensores. Después te llevaba al lado de él y era una escuela: empezás por el chico, después andá al piano y después al repique. Y ahí te llevaban. Ahora tengo plata para comprarme un repique y salgo con repique, ¿y el chico sabes tocar? No. Es una moda.

Bárbaro, ahora hay en todos lados, en el interior también y en muchos países, en Argentina no te voy a decir la cantidad de comparsas que hay. Pero hay que cuidar, no hay que perder la esencia. No te digo que vamos a seguir tocando el piano aquel viejo de antes pero no mezclemos, porque mezclan el tambor con rumba, con guaguancó, con otros estilos musicales que vienen de Centroamérica o del Caribe. No, si el candombe tiene su ritmo, tiene su forma de ser. Eso es lo que a mí me da lástima, que se está perdiendo y quién sabe dentro de unos años lo que pueda ser. Jorginho hace muchos años decía "en cualquier momento hacen un tambor con un caño de escape".

Este año Yambo Kenia decidió hacer un homenaje a los Ilustres, a ti y a Hugo Cheché Santos, ¿Cómo recibiste esa propuesta? ¿Cómo fue para vos esa experiencia de subir al escenario en tu propio homenaje?

Fue muy fuerte porque con Cheché teníamos una cantidad de cosas lindas, y de las otras también. En el año 2018, cuando ya estaba enfermo, le digo a Cheche ¿querés ir conmigo para Canadá? Estoy arreglando para ir a tocar a Canadá y Estados Unidos, hermanito. Y lo llevé y yo no sabía bien hasta cual era la magnitud de su enfermedad. Pero fue el hermanito de mi vida, tengo mil anécdotas con él.

Uno de los hijos de Carlos Larraura le dijo "tenemos que hacerle un homenaje a Eduardo que lo tenemos en vida" y digo "ay me quieren matar" (risas). Después justamente Pollo Medina y dijo “también puede ser un homenaje a Cheché, los dos tienen muchos galardones y está bueno hacer una historia paralela”. Bueno, vamo arriba. Si es algo en lo que pueda interactuar con mi hermanito de la vida, genial. Yo lo viví con mucha alegría, porque inclusive los hijos estaban ahí presentes y para mí fue... ¡pah!. Yo soy como un tío para ellos, así como mis hijos son los sobrinos de Cheché. La verdad que yo he tenido años lindos que recuerdo, pero es difícil que pueda olvidar este año como uno de los que más disfruté y lo sentí.

Embed - Yambo Kenia - Liguilla 2025 - Séptima etapa - Carnaval 2025

No debe ser fácil para un intérprete subir al escenario con un espectáculo que está inspirado en su propia historia.

La verdad que ver a la familia y ver alguna lágrima de los hijos, esas emociones, esas cosas dan sentido. No fue una historia que se inventó, es algo que es real, entonces fue fuerte pero llegó a la gente. A mí me llenó mucho. Mis nietos chiquitos –el mayor cinco y la más chica hoy cumple un año– se pasan mirando al abuelo en la tele. Yo estaba haciendo una canción que yo le hice a Cheché cuando lo diagnosticaron y estaba concentrado, estaba todo el mundo en silencio en el teatro y sentí ¡Vamo' arriba, abuelo! Ah, eso te mata. Son esas satisfacciones. Yo soy muy sensible, a veces tenés que fingir porque estás actuando pero cuando son cosas reales la sentís más todavía.

Fuiste homenajeado como ciudadano ilustre de Montevideo en 2023 y en unas hora vas a recibir el premio a Figura de Oro de Carnaval, ¿cómo te sentís con este tipo de reconocimientos?

Todavía no he caído. Yo recuerdo que estaba en Marindia y salí a hacer mandados, entonces me llaman de la intendencia. "Eduardo, mirá que está aprobando que te van a nombrar ciudadano ilustre". ¡Ya me olvidé del almacén! Volví a casa y les dije ¡voy a ser ciudadano ilustre! La entrega fue el 3 de diciembre, se hizo un espectáculo y cuando fuimos a ensayar vino la gente de TV Ciudad, entonces llamé a mi hijo Javier que está en Suiza y le dije, "Javier, mira que nos va a pasar TV Ciudad, después lo vas a poder ver". Bárbaro. Sobre la mitad del espectáculo estaba cantando y de repente escucho "¡wah!". Miro para atrás y era mi hijo que había llegado de sorpresa. Fue algo tan emotivo que ya no pude ni cantar. Eso no me lo olvido más. Y me hicieron un libro, Mi identidad, me lo hizo Julio Salorio que también hizo el libro de la vida de Cheché. ¡Me están pasando muchas cosas juntas! Todo junto. Lo disfruto y lo vivo con la familia. Mis nietos ya se están aprontando porque esta noche le van a dar un premio al abuelo.

Eduardo da Luz

Eduardo da Luz fue nombrado ciudadano ilustre de Montevideo en 2023

Pata Eizmendi / Intendencia de Montevideo

¿Y cómo te enteraste que ibas a ser Figura de Oro de Carnaval?

Yo no me enteré nunca, mi señora me despertó de madrugada. Mucha gente de la comparsa, incluso yo, teníamos confianza que podíamos estar más arriba porque la comparsa estaba bien, pero no me meto en la decisión del jurado. Me acuerdo que la última vez que fuimos , alguien dijo "¡vos tendrías que llevarte una mención!". Yo agradecí, pero quedó ahí. Llegamos a casa, nos acostamos, y de madrugada me despierta mi pareja y me dice "te felicito". "¿Por qué me felicitas si perdimos?", le respondo. "Sos figura de oro". (Risas) No lo esperaba, la verdad que no. Dicen que reglamentariamente ya después de esto no poedés ganar más premios, entonces ya me dejó pretexto para decir "ya me puedo retirar". Es mucha satisfacción. A veces ves a mucha gente que te para para saludarte en la calle, en el barrio a veces salgo con la chismosa y veo que uno le dice a otro "aunque te parezca mentira él es figura de oro y es ciudadano ilustre". ¡No me digas! Yo no he cambiado nada. Yo no manejo, maneja mi mujer, y me tomo el Copsa para venir y alguno me dice "te felicito" y me da vergüenza porque la gente dice ¿quién es? ¿Por qué lo están felicitando?

En sus reconocimientos también hay, de alguna manera, un reconocimiento a un género que durante muchos años fue relegado.

Y todavía no tiene el lugar que tiene que tener. A nivel de radiodifusión, ¿qué escuchas de candombe? Ni siquiera el Día del Candombe ponen un candombe en la radio.

En una entrevista con La Diaria decía que "el candombe es la música que mejor nos representa pero sigue siendo invisible", ¿seguís pensando que les falta visibilidad?

No hay difusión, ni siquiera en programas donde lleven un poco de candombe. Todo el mundo dice que la Unesco lo declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero viene la gente y dice "ah, vamos para allá abajo cuando es el día de la llamada", ¿y después? La gente dice "voy a la calle a ver un poco de candombe", no música, candombe canción todavía no. Es una lástima. Yo de repente estaba en Nueva York y digo "ese es uruguayo" porque estaba… . La cédula de identidad es el tamborcito. La gente sale y ahí se vuelve candombero, porque extraña el país, extraña los tambores y hace grupos de candombe porque extraña su país y su música. Pero acá no le dan mucha bolilla a eso.

Después de 60 años de trayectoria, ¿cómo te sentís en ese momento en que se está por abrir el telón?

La procesión va por dentro, pero los nervios están. Si no no subas, no lo hagas. Te mentiría si te dijera que no. Los nervios los sentís, y más todavía, porque a veces muchos jóvenes te toman como referente y se respaldan en lo que vos vas a hacer, y uno puede fallar. Entonces tienes esa responsabilidad de estar bien para darle un poquito más de impulso a ellos.

20250328 Eduardo da Luz Foto: Inés Guimaraens

Estás por sacar un disco nuevo, A puro candombe. ¿Cómo es tu proceso de composición?

Tengo un grabadorcito, o el celular, y en la madrugada me grabo. Al otro día en seguida empiezo con la guitarra en la parte musical y después escribo lo que quiero cantar. Así empiezo. Antes era un hobby cantar, ahora me cuesta más porque trato de hacer otra literatura. Antes, al principio, era candombe pa aquí y pa allá.

Algunos te describen como leyenda, otros como un ilustre y otros como una figura de oro. ¿Cómo te describís tu?

Como un candombero. Un simple candombero que ama al candombe, que lo defiende a muerte. Discuto con aquellos que de repente maltratan o hablan mal de mi música.

Cuando eras niño escuchabas la radio y soñabas con cantar, grabar discos y recibir aplausos. Ya lo has hecho todo. ¿Con qué soñás hoy?

Las cosas se fueron dando sin que yo las pidiera. Yo no sabía. No soñaba, por ejemplo, que iba a ser partenaire de Jennifer López, que iba a estar con Oscar de León o con Willy Chirino. Me he codeado con alguno que otro. Cuando fuimos a Niza a hacer un espectáculo con el Grupo Bantú el que estaba ahí era el príncipe Alberto mirándonos. Algunas cositas que otras he vivido.

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/cultura-y-espectaculos/eduardo-da-luz-figura-oro-carnaval-el-candombe-puede-evolucionar-cambiar-la-esencia-que-es-lo-que-veces-se-esta-perdiendo-n5991969

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