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Dólar bajo y polémica en Uruguay: qué dicen los economistas y qué reclaman los exportadores

La caída en la cotización del dól...

Dólar bajo y polémica en Uruguay: qué dicen los economistas y qué reclaman los exportadores

La caída en la cotización del dól...

La caída en la cotización del dólar en Uruguay reactivó un debate recurrente sobre la competitividad del país y la existencia de un posible “atraso cambiario”. Los sectores exportadores y agropecuarios expresan preocupación y reclaman a las autoridades medidas que protejan su capacidad productiva y comercial.

Por su parte, economistas consultados por El Observador respaldan la política del Banco Central (BCU), basada en un régimen de metas de inflación y la libre flotación del tipo de cambio, y sostienen que la baja del dólar responde principalmente a factores externos, no a un atraso cambiario artificial ni a un desajuste provocado por la autoridad monetaria.

El próximo 31 de agosto se cumplirán cuatro años desde la última intervención directa del BCU en el mercado cambiario, cuando compró US$ 31,2 millones para apuntalar el tipo de cambio. Desde entonces, la autoridad monetaria ha dejado que el dólar fluctúe libremente, con la tasa de interés como principal herramienta de política monetaria.

Según explicó el presidente del BCU, Guillermo Tolosa, en entrevista con El Observador, este enfoque seguirá siendo la base de sus acciones futuras, aunque mantendrán la posibilidad de intervenir en momentos de alta volatilidad o condiciones desordenadas, tal como ocurrió en el gobierno anterior.

Una caída global y regional del dólar que impacta a Uruguay

A pesar de ello, el dólar ha sufrido una fuerte depreciación en los últimos meses, lo que ha generado inquietud entre los actores económicos vinculados a las exportaciones en Uruguay. En lo que va de 2025, la moneda acumula un descenso de aproximadamente 10% respecto al valor de cierre de 2024 ($44,066).

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Mientras que a nivel global, el índice DXY —que mide el valor del dólar frente a una canasta de monedas de economías avanzadas— cayó cerca de 10% en lo que va del año, lo que marcó su peor desempeño semestral desde la década del 70.

La situación del dólar en Uruguay no puede analizarse sin considerar el contexto internacional. En este sentido, el economista y secretario ejecutivo del Consejo Fiscal Asesor (CFA), Ignacio Umpiérrez, dijo a El Observador que la caída del dólar en Uruguay “está alineada con la debilidad de la divisa a nivel mundial, tanto frente a monedas de países desarrollados como de economías emergentes”.

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Además, señaló que el dólar se encuentra en su nivel más bajo en tres años y que su depreciación se debe a expectativas de un desempeño económico más débil en Estados Unidos en comparación con otras regiones relevantes.

En tanto, en la región, la depreciación es aún más marcada. Según explicó el economista de CPA Ferrere, Nazareno Sánchez, el dólar perdió un 13% frente al real brasileño y entre un 5% y 9% frente a monedas de Chile, Colombia y Perú.

De acuerdo con Sánchez, esta tendencia global responde esencialmente a la incertidumbre en torno al rumbo de la economía estadounidense, exacerbada por cuestiones de política comercial, riesgos fiscales y preocupaciones sobre el nivel de actividad, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su estatus de activo de reserva.

Por su parte, el asesor financiero de Balanz, Martín Glass, dijo que este escenario internacional se combina con factores internos que también contribuyen a la apreciación del peso uruguayo. En ese sentido, Glass destacó que las tasas de interés en pesos uruguayos se mantienen relativamente altas, mientras que la inflación se mantiene dentro del rango meta establecido por el BCU, lo que hace que los activos en moneda local resulten atractivos. Esta combinación de factores externos e internos ha impulsado una fuerte apreciación del peso y, en consecuencia, la caída del dólar, según su análisis.

El economista José Licandro explicó en un artículo publicado en su página web que “no se debe poner foco en el tipo de cambio nominal”, pues en economías abiertas como la uruguaya, “es imposible controlar simultáneamente tasa de interés y tipo de cambio”. Además, señaló que el Central “no controla a mediano y largo plazo el nivel de Tipo de Cambio Real (TCR), que depende de fundamentos como productividad, términos de intercambio y la relación gasto/ingreso”.

Para Licandro, el TCR no es un buen indicador de la rentabilidad exportadora, y subrayó que “la flotación facilita la absorción de shocks externos que requieren ajustes en la balanza de pagos y en el sector real”.

¿Existe un atraso cambiario? Diferentes miradas sobre la competitividad

El concepto de “atraso cambiario” es central en la polémica actual. Para muchos sectores exportadores y agropecuarios, un dólar bajo afecta la competitividad del país y dificulta la actividad productiva.

Sin embargo, Umpiérrez cuestionó la existencia de un atraso cambiario estructural. Según su análisis, si existiera tal atraso, se deberían observar señales como caídas en el empleo, en los volúmenes exportados o en la rentabilidad del sector, lo cual no ocurre. Además, sostuvo que “ni el tipo de cambio nominal, real o la inflación en dólares son buenos indicadores de competitividad”. Destacó que la economía ha cambiado estructuralmente en las últimas dos décadas y que aplicar criterios históricos sin considerar esos cambios resulta “absurdo”.

El objetivo de la política monetaria, según Umpiérrez, "es la meta de inflación y su mejor contribución al crecimiento y al tipo de cambio real a la larga, es que la inflación sea baja y estable. ¿Por qué subordinar la variable que puedo controlar (la inflación) a otra (el tipo de cambio) cuyos fundamentos y movimientos no dependen de mis políticas propias? Suena absurdo, y empíricamente ya quedo demostrado en 15 años que no funciona, porque no se cumple ningún objetivo", señaló.

20250324 Fachada del Banco Central del Uruguay, BCU.

Banco Central del Uruguay (BCU)

Foto: Inés Guimaraens

En línea con esto, Sánchez dijo que “el concepto de ‘atraso cambiario’ es propio de la época en que Uruguay tenía un régimen de tipo de cambio fijo”. En la actualidad, el dólar flota libremente y el BCU no interviene desde hace cuatro años, por lo que el tipo de cambio se determina por la oferta y la demanda, sin un objetivo explícito de la autoridad monetaria sobre su nivel.

Si bien indicó que es posible argumentar que el tipo de cambio se encuentra desalineado respecto a sus fundamentos, el economista de CPA Ferrere dijo que esto responde a las dinámicas económicas tanto externas como internas, y no a acciones específicas del Central. Además, recordó que en marzo de 2025 los propios modelos del BCU estimaron un desvío del tipo de cambio respecto a sus fundamentos de -8,7%.

Licandro, por su parte, destacó que el Índice de Excedente Bruto Unitario (IEBU) es un indicador clave para analizar la rentabilidad del sector exportador, ya que a su entender ofrece una visión más precisa que el tipo de cambio, al incorporar tanto precios de venta como costos.

En línea con esa perspectiva, Sánchez señaló que el IEBU mostró una caída del 4% entre diciembre y marzo y se ubicó un 5% por debajo del promedio de 2016-2025, lo que a su entender demuestra que no se ha producido un deterioro estructural pronunciado en la rentabilidad exportadora.

Glass coincidió en que más que un atraso cambiario, se observa un tipo de cambio real apreciado, resultado de políticas monetarias enfocadas en controlar la inflación y un contexto internacional favorable a monedas emergentes. Señaló que, aunque “naturalmente genera desafíos para el sector exportador”, no cree que estemos ante “un desajuste estructural ni una distorsión artificial”.

Sector exportador pide al BCU bajar la tasa de interés

Para los exportadores, la caída del dólar representa un desafío que afecta la competitividad y la rentabilidad. María Laura Rodríguez, responsable de asesoría económica, comunicación y sostenibilidad de la Unión de Exportadores (UEU), dijo a El Observador que, aunque mantienen como prioridad el mantenimiento de una inflación baja —algo que consideran “deseable para una economía sana”—, la "alta dolarización" de la economía uruguaya limita la efectividad inmediata de la política monetaria.

Sobre ese punto, explicó que, a diferencia de países donde la moneda local es la principal referencia, en Uruguay “la política monetaria termina afectando el dólar, con consecuencias negativas para la competitividad”, por lo que consideró que “el manejo exclusivo de la inflación a través de la política monetaria genera efectos indeseados, como la caída del dólar que afecta al sector exportador”.

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En ese sentido, Rodríguez subrayó la necesidad de abordar simultáneamente otros factores, especialmente reformas microeconómicas, para hacer la economía más eficiente y menos costosa. “No estamos pidiendo algo en particular, sino que toda la política económica atienda la competitividad, que tiene muchas aristas”, dijo.

Para la economista de la UEU, el aumento de las tasas de interés del BCU ha favorecido el posicionamiento en activos en pesos, ha perjudicado la competitividad del dólar y, por ende, la actividad productiva vinculada a las exportaciones.

Por eso, desde la gremial reclaman al BCU que baje la tasa de interés porque “está incidiendo negativamente en la actividad económica a través de una pérdida de competitividad”.

Rodríguez advirtió que la situación requiere una sintonía fina para cuidar la inflación, pero sin que ello provoque un tipo de cambio que perjudique la producción nacional.

Así, su enfoque difiere del planteo oficial del BCU y de los economistas consultados, quienes respaldan el régimen de metas de inflación y la libre flotación del tipo de cambio como pilares para la estabilidad macroeconómica.

Los reclamos del agro

En el agro, la Asociación Rural del Uruguay (ARU) pidió públicamente una reducción de la tasa de política monetaria del 9,25% al 7,5%, con el argumento de evitar un mayor enfriamiento económico en un escenario que “el sector privado ya no está en condiciones de soportar”. La gremial resaltó que esta propuesta está alineada con la evolución de la inflación y el valor del dólar a nivel mundial.

Por su parte, días atrás la Federación Rural, denunció un sobrecosto de US$ 1.000 millones en el sector por lo que entienden como “atraso cambiario”.

Perspectivas y desafíos para el dólar

Los economistas coinciden en que el futuro del dólar en Uruguay está sujeto a incertidumbres y a una combinación compleja de factores externos e internos.

Umpiérrez señaló que “no hay que descartar cambios en esta tendencia a la larga” y advirtió que podrían surgir factores que reviertan la debilidad actual del dólar.

Para Sánchez, la credibilidad del Central y su política monetaria son claves para contener la inflación y podrían anticipar un ciclo de rebajas en la tasa de interés, lo que impactaría en el tipo de cambio.

Glass agregó que “en el corto plazo no hay que descartar que el dólar se mantenga en estos niveles o incluso que tenga alguna baja adicional”, mientras que en el mediano plazo podría normalizarse si el BCU ajusta sus tasas.

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/economia-y-empresas/dolar-y-polemica-uruguay-que-dicen-los-economistas-y-que-reclaman-los-exportadores-n6006886

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