Coincidencias, discrepancias y algunos ruidos: gobierno, PIT-CNT y empresarios juegan sus primeras fichas de cara a la negociación salarial

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En poco más de un mes pasó mucho. Las negociaciones para definir los ajustes salariales de los trabajadores privados se darán recién después de junio, y si bien parece algo lejano, el partido ya se está jugando. El Poder Ejecutivo, el PIT-CNT y las cámaras empresariales han dado pistas importantes sobre sus aspiraciones.

Todas las miradas están puestas en las definiciones que tomará el gobierno. Si bien empresarios y trabajadores son libres de negociar y acordar lo que consideren conveniente para las partes en cada una de las mesas, el Poder Ejecutivo es quien elaborará los lineamientos que sirven como una guía para la negociación.

Aumentos diferenciales, salarios y desinflación

¿Qué se sabe hasta ahora? El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, reafirmó en su asunción algunas ideas que había manifestado en las semanas previas cuando fue designado para el cargo. El ex sindicalista puso como prioridad a los salarios menores a $ 25.000 y habló de aumentos diferenciales, un elemento que ya estuvo presente en consejos de salarios anteriores a la crisis de la pandemia y con el Frente Amplio en el gobierno.

Y del lado del Ministerio de Economía y Finanzas, su titular Gabriel Oddone volvió a plantear la idea de buscar la manera para avanzar en la desindexación de algunos salarios. Esto aprovechando el escenario de inflación inferior a 6% que se viene dando desde hace casi dos años en la economía local y la reducción de expectativas que se ha procesado. Es una idea que el economista maneja desde cuando se desempeñaba en la actividad privada y que hasta ahora ningún gobierno se animó a poner en práctica desde la vuelta de los consejos de salarios en 2005.

“Los mecanismos de protección automática son cada vez menos útiles y necesarios. A su vez son una barrera creciente para poder avanzar en niveles de desinflación mayores”, había expresado Oddone en una entrevista con En Perspectiva.

El tema hizo ruido a la interna de la nueva administración y el secretario de presidencia Alejandro Sánchez no dudó en salir rápido a expresar desacuerdo, al igual que legisladores del oficialismo. También el comunista Castillo se manifestó en contra. Oddone no volvió a hablar públicamente del tema desde que asumió oficialmente en el cargo, mientras que el ministro de Trabajo dijo que el asunto se tendrá que debatir puertas adentro.

Aplausos y rechazos

En la vereda del PIT-CNT aplauden el tratamiento preferencial que el Poder Ejecutivo quiere darle a los llamados “veinticinco mil pesistas”, unas 548 mil personas con remuneración inferiores a esa cifra. Pero advierten que esa política diferencial de aumentos no debe ser un impedimento para el crecimiento del resto de los salarios.

La desindexación es mala palabra en la sede de la calle Jackson, igual que en algunos sectores del Frente Amplio y del actual gobierno. La central ha defendido sistemáticamente la vinculación de los ajustes salariales con la inflación pasada como forma de proteger el poder de compra.

En el segundo gobierno de Tabaré Vázquez, cuando el ministro de Economía era Danilo Astori, estuvo la idea de desvincular paulatinamente los aumentos salariales de la inflación, con fórmulas que proponían ajustes nominales decrecientes según desempeño de sector y correctivos recién a los dos años de firmado los acuerdos. El PIT-CNT fue al choque en varias oportunidades, hasta que consiguió el aval oficial para que gran parte de los grupos tuviera correctivos automáticos con la misma periodicidad que antes, es decir cada 12 meses .

Viejos planteos que siguen en la mesa

Del lado de las cámaras empresariales también se están jugando las primeras fichas. Las dos gremiales han marcado su voluntad de diálogo y negociación cada vez que se las convoca. Pero mientras esperan por conocer el contenido de los lineamientos, han dejado en claro que algunos planteos de larga data siguen encima de la mesa.

A mediados del mes pasado una delegación de industriales que se reunió con Oddone le entregó una serie de propuestas que consideran necesarias para mejorar la competitividad del sector. En esa lista incluyeron el pedido de que los próximos ajustes salariales tomen en cuenta el tamaño de las empresas y su localización geográfica, como forma de reconocer las distintas realidades laborales que existen en el país. Entre los argumentos está que el mecanismo de fijación de salarios resulta perjudicial para empresas del interior que se ven obligadas a pagar remuneraciones mínimas superiores a sus niveles de productividad.

Un planteo similar tiene la Cámara de Comercio y Servicios, según dijo esta semana a El Observador el presidente de esa gremial, Julio César Lestido. El empresario argumentó que el criterio diferencial sería una manera concreta de apoyar a micro, pequeñas y medianas empresas.

La falta de reconocimiento adecuado sobre la heterogeneidad de las empresas es un punto que el ministro Oddone incluyó entre las debilidades del esquema actual de negociación colectiva, cuando en 2023 publicó un informe de evaluación, oportunidades de mejora y propuestas para ese ámbito tripartito.

Del lado de las gremiales empresariales también se han manifestado reparos sobre la idea de reducir la carga horaria semanal, una bandera histórica del PIT-CNT que el gobierno está dispuesto a explorar.

Y hay también otro ingrediente. El transcurso de los meses y el clima de las negociaciones permitirá conocer qué accionar se seguirá con respecto a la queja que los empleadores tienen presentada en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde hace 15 años. Si bien el anterior gobierno hizo cambios en la ley de Negociación Colectiva, no contempló la observación del organismo internacional respecto a cuáles son las competencias de los consejos de salarios.