Uno de los sectores en el país más afectados por la pandemia de coronavirus ha sido el de las trabajadoras sexuales. Sus clientes, literalmente, desaparecieron.

María Denis ,es referente en la ciudad de Lascano de "Otras"Organización de Trabajadoras Sociales.Esta organización ,se encuentra  solicitando a la población  colaboración  con el colectivo de  trabajadoras sexuales durante la crisis del coronavirus.

La medida se adoptó ya que ninguna persona de este sector está ejerciendo en estos momentos la actividad de trabajo sexual.La gran mayoría son madres solteras y jefas de hogar. Para ellas, dejar de trabajar significa no poder pagar las facturas y el alquiler del lugar donde viven.

Quienes quieran colaborar pueden hacerlo a través del Colectivo  Abitab 109493.
El dinero que se recaude será para la confección de canastas alimenticias.

La Organización de Trabajadoras Sexuales nació en 2018 para impulsar la reforma de la Ley 17.515, que regula el trabajo sexual en Uruguay.

En el año 2019 se contabilizaban unas  12.000 personas en el Registro Nacional de Trabajo Sexual. La amplia mayoría son mujeres. Su trabajo está regulado por la Ley 17.515 y su único decreto reglamentario, el 480-003. Estas normativas establecen que la regulación del trabajo sexual recae sobre los Ministerios de Salud Pública y del Interior.

La ley reconoce como trabajadoras sexuales a aquellas personas ‘mayores de dieciocho años de edad que habitualmente ejerzan la prostitución, recibiendo a cambio una remuneración en dinero o en especie.’ Establece además que se autorizará el ejercicio del trabajo sexual únicamente a aquellas personas  que ‘estén inscriptas en el Registro Nacional del Trabajo Sexual y posean el carné sanitario con los controles al día.’ 

Según la reglamentación, el trabajo sexual queda restringido a las zonas especialmente definidas para ello (habilitadas por la Intendencia de cada departamento) y los prostíbulos, whiskerías, bares de camareras o similares que tengan la habilitación correspondiente.