En una visita sin anuncios previos a Lascano, el intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, abrió una nueva etapa en la pulseada por el presupuesto quinquenal. No se trató de una mera recorrida protocolar: el jefe departamental llevó a la mesa del Concejo Municipal un tema que promete atravesar el debate político de los próximos meses —el proyecto de un nuevo fideicomiso— y lo hizo con un discurso cargado de señales hacia el Frente Amplio, fuerza de oposición clave para garantizar su aprobación.

 Umpiérrez llevó números, antecedentes y un mensaje político directo: “El fideicomiso es un instrumento que nos dio resultados concretos. Con el anterior, en tres años hicimos obras por 15,3 millones de dólares, pagamos en tiempo y forma y hasta cerramos con un saldo positivo de 9 millones de pesos. Eso no es endeudarse sin control, es administrar con seriedad”.

El intendente defendió la herramienta como un mecanismo que asegura disciplina fiscal. “Cuando te comprometes a un fideicomiso, la plata está blindada para las obras. No se toca para otra cosa, y eso obliga a cumplir lo prometido. No se trata de manotear para tapar agujeros, sino de proyectar y concretar”, dijo.

Umpiérrez aseguró que el nuevo plan tendría un plazo de pago de entre 15 y 20 años, similar al de otros departamentos, pero con un impacto inmediato en empleo y desarrollo local. “No queremos obras que se vean en 10 años, queremos que la gente vea el cambio ahora. Son inversiones en infraestructura y arquitectura que generan puestos de trabajo desde el primer mes. La obra pública mueve la economía de los barrios y da dignidad”, subrayó.

El desafío político es claro: para aprobar el fideicomiso necesita mayoría especial en la Junta Departamental. “Tenemos más ediles que la oposición, pero no los suficientes para llegar al número que la ley exige. Por eso vamos a tender la mano al Frente Amplio y a incluir proyectos que sean importantes para todos. Si hablamos de un fideicomiso en común, es hacerlo en común… cediendo”, afirmó, dejando abierta la puerta a una negociación transversal.

El intendente también hizo un guiño a quienes temen por la carga financiera que implicará la iniciativa: “Un fideicomiso bien hecho no hipoteca el futuro, lo construye. No compromete a los gobiernos que vienen más allá de lo razonable, porque se estructura para que la capacidad de inversión siga intacta. El peor error sería quedarse quietos por miedo al debate”.

El caso muestra cómo, en la escala local, las herramientas financieras no son meros instrumentos técnicos: son también piezas de negociación política, articuladores de consensos —o puntos de bloqueo— y termómetros de la madurez institucional de un gobierno. Umpiérrez, con esta movida, busca anclar su segundo tramo de gestión en una base de inversiones de alto impacto, pero también en una estrategia de concertación que, de prosperar, dejará su sello en la obra pública del departamento y en la forma de gobernar Rocha.