Una bomba sonora bajo el océano: vecinos de La Paloma se organizan para frenar la prospección petrolera

Escribe Robert Santurio

Un colectivo de vecinos de la costa este uruguaya ha encendido la alarma ambiental. Bajo el nombre Costa Viva Uruguay Rocha, Jimena Lozano y Jorge Villalba se han convertido en las voces visibles de una creciente preocupación ciudadana por la inminente prospección petrolera en aguas profundas del océano Atlántico. El proyecto, autorizado por el Ministerio de Ambiente, incluye miles de explosiones sísmicas submarinas para detectar hidrocarburos en la plataforma marítima uruguaya. Los vecinos aseguran que la magnitud de estas acciones es incompatible con la vida marina, y alertan sobre las consecuencias irreversibles para el ecosistema.

“Nos enteramos tarde, el 8 de marzo, de que el 6 había vencido el plazo para presentar objeciones al manifiesto ambiental”, lamenta Lozano, quien vive en La Pedrera y forma parte del grupo que decidió movilizarse al descubrir la falta de información pública sobre el alcance del proyecto. “Ni los ediles ni los técnicos de la intendencia tenían datos. Solo estaba el documento en la web del Ministerio, y sin acceso a las objeciones ya presentadas”, explica.

Desde entonces, Costa Viva se ha dedicado a informarse y divulgar. Han buscado apoyo en instituciones académicas como el CURE, en organismos como la Dinara, en ONG como Socobioma, y han recibido asesoramiento legal para presentar una acción de amparo. El objetivo: frenar un plan que, según sus cálculos, supone más de 15 millones de explosiones submarinas en poco más de dos años. “Cada seis a diez segundos, las 24 horas, durante casi tres años, se emitirán sonidos que alcanzan los 240 decibelios bajo el agua. Eso es devastador”, advierte Villalba.

Un riesgo invisible pero ensordecedor

La técnica utilizada para la prospección sísmica offshore consiste en disparar ondas acústicas hacia el fondo del mar para detectar bolsas de petróleo o gas. Estas detonaciones, que se repiten de forma constante, generan ondas de choque que pueden alterar —o directamente destruir— la vida marina. “Las ballenas se quedan sordas, las crías se desorientan, los peces migran o mueren, y los cetáceos pueden llegar a encallar”, señala Lozano, quien ha recibido apoyo de especialistas argentinos, donde ya se han documentado daños similares.

Los bloques marítimos autorizados para la prospección cubren unas 51.000 hectáreas cuadradas, parte de las cuales se superponen con áreas marinas protegidas. En la zona se realizan prácticas de pesca artesanal y de avistamiento de ballenas, una de las actividades turísticas más emblemáticas de Rocha. “El impacto no es solo ambiental, es también social, económico y cultural”, afirma Villalba.

Audiencias públicas sin efectos

Aunque el Ministerio de Ambiente ha realizado audiencias públicas —la última en febrero—, los miembros de Costa Viva denuncian que se trató de una instancia meramente formal. “No son vinculantes. Se cumple con el trámite, pero lo que se diga allí no modifica el proyecto”, asegura Lozano. El colectivo critica que, pese a la categoría C de impacto ambiental —la más alta según la legislación uruguaya—, no se haya generado un verdadero proceso participativo ni se haya garantizado el acceso a información técnica independiente.

“Si un biólogo o una ONG demuestra con datos que esto es un desastre, eso no altera el curso del proyecto”, resume Villalba. Además, señalan que los técnicos independientes que actuaron como veedores en barcos de las empresas no pudieron ni filmar ni recolectar muestras de forma libre.

El silencio de las autoridades

En su paso por Montevideo, los integrantes del colectivo se reunieron con distintos actores políticos, sociales y académicos. Si bien aseguran que han encontrado apoyo entre organizaciones civiles, denuncian una falta de voluntad política para abordar el tema a fondo. “El propio ministro de Ambiente nos dijo en Rocha que no iba a hacer nada porque este proyecto viene del gobierno anterior”, recuerda Lozano. Los contratos con las empresas petroleras datan de 2005, en el primer mandato del Frente Amplio, aunque las etapas activas del proyecto han continuado en administraciones posteriores.

La falta de compromiso gubernamental no ha detenido la acción del colectivo, que prepara una ofensiva legal. “Buscamos juntar apoyos para presentar un recurso de amparo ambiental. Queremos que este proyecto se suspenda y se revise en profundidad. No puede ser que estemos destruyendo el mar por una ilusión petrolera de hace veinte años”, concluyen.

Lo que está en juego no es solo la costa uruguaya, dicen, sino el modelo de desarrollo que el país desea construir: uno compatible con la vida y el ambiente, o uno subordinado a los intereses de industrias extractivas cuyos beneficios aún están por probarse.

El colectivo Costa Viva Uruguay Rocha convoca a una reunión abierta este viernes 16 de mayo a las 19 horas en el Salón Arena del Centro Cultural de La Paloma, con el objetivo de informar y coordinar acciones frente a la exploración sísmica autorizada en el mar territorial uruguayo.

Bajo la consigna “Decimos NO a la exploración sísmica en búsqueda de petróleo”, la agrupación alerta sobre los graves impactos ambientales de esta práctica, que incluye millones de explosiones submarinas que afectan gravemente a la fauna marina.

El encuentro está dirigido a vecinos, organizaciones sociales, pescadores, actores del turismo y toda persona interesada en defender el ecosistema costero. Se abordarán los aspectos técnicos del proyecto, su impacto en la biodiversidad, las acciones legales en curso y posibles estrategias de movilización.

Informe realizado en base a una entrevista que se puede escuchar acá

https://archive.org/details/2005-04-29-gimena-lozano-jorge-villalba

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