'Lo viejo funciona' en 2025: significado, historia y su relevancia en el debate cultural
La frase "lo viejo funciona" (o a veces "lo viejo es mejor", "back to basics") no es un concepto político o sociológico formal, sino una expresión que denota una preferencia o defensa de método...
La frase "lo viejo funciona" (o a veces "lo viejo es mejor", "back to basics") no es un concepto político o sociológico formal, sino una expresión que denota una preferencia o defensa de métodos, tecnologías, ideas o sistemas tradicionales, probados y a menudo analógicos, frente a la innovación, la digitalización o los enfoques modernos.
Implica una desconfianza o escepticismo hacia lo nuevo, argumentando que lo antiguo es más confiable, eficiente, seguro o simplemente superior por su simplicidad o resiliencia.
¿Qué características tiene esta filosofía? Confiabilidad probada: se valora aquello que ha demostrado su eficacia a lo largo del tiempo. Simplicidad y resiliencia: los sistemas menos complejos suelen ser más fáciles de entender, reparar y menos propensos a fallas catastróficas. Autonomía y control: implica una preferencia por sistemas que permiten un mayor control humano directo, reduciendo la dependencia de tecnologías complejas o intermediarios. Escepticismo hacia la modernidad: una crítica implícita o explícita a la "hiper-digitalización", la obsolescencia programada o la vulnerabilidad de las infraestructuras modernas. Nostalgia: la frase suele estar teñida de un sentimiento de nostalgia por épocas pasadas donde la tecnología era menos invasiva o las soluciones parecían más directas. ¿Por qué se usa?La frase "lo viejo funciona" ha cobrado relevancia en el discurso público al evidenciar la vulnerabilidad de nuestras sociedades altamente tecnificadas y la necesidad de resiliencia ante crisis.
La serie argentina El Eternauta ilustró esta fragilidad al mostrar un colapso civilizatorio y tecnológico que fuerza la supervivencia a depender de habilidades y herramientas básicas, resaltando que la excesiva dependencia de sistemas complejos nos hace vulnerables.
De forma similar, hubo un "gran apagón" generalizado en buena parte de España a finales de abril de 2025. Se registraron incidentes y advertencias sobre la fragilidad del sistema eléctrico europeo ante fallos o ciberataques, lo que expone la extrema dependencia de la sociedad moderna de la electricidad y las redes digitales.
Durante estos eventos, la radio, una tecnología "antigua" y descentralizada, ha demostrado ser crucial para que muchos ciudadanos se mantengan informados ante la caída de las comunicaciones digitales, subrayando cómo soluciones menos complejas y más robustas se vuelven indispensables.
Este temor a un "apagón total" impulsa la reflexión sobre la necesidad de infraestructuras más robustas y la capacidad de operar con métodos más básicos en emergencias, criticando la hiperconectividad que crea puntos únicos de fallo.
"Lo viejo funciona" se revitalizó en el debate porque tanto la ficción como las experiencias reales, como la utilidad de la radio en apagones, visibilizan la vulnerabilidad de la modernidad y nos instan a valorar la autonomía, las habilidades básicas y la resiliencia de soluciones probadas ante la fe ciega en la innovación.
¿Quiénes lo usan?Es utilizada por diversos grupos, a menudo impulsados por el escepticismo hacia la tecnología moderna, la nostalgia o la preocupación por la resiliencia. Principalmente, la emplean críticos de la tecnología y la hiperconectividad para advertir sobre los riesgos de la dependencia excesiva de sistemas complejos.
También es un mantra para defensores de la resiliencia y la preparación para emergencias, quienes valoran habilidades básicas y tecnologías analógicas por su fiabilidad en caso de fallos infraestructurales. Las personas mayores o nostálgicas la usan para expresar preferencia por métodos o productos de épocas pasadas, considerándolos más duraderos o de mejor calidad.
Asimismo, artesanos, conservadores y amantes de lo analógico la utilizan para defender la superioridad de lo tradicional. Analistas y comentaristas sociales o culturales la emplean para describir tendencias sociales de desconfianza en la tecnología.
Y, en el ámbito de la ciberseguridad y la seguridad nacional, algunos expertos pueden defender sistemas de respaldo "menos sofisticados" por ser menos vulnerables a ciertos ataques.
La frase es empleada por quienes cuestionan el progreso tecnológico lineal, valoran la resiliencia y la simplicidad, sienten nostalgia, o buscan alternativas más robustas ante la percibida fragilidad de los sistemas modernos.