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Las mil maneras de decirle "adiós" a Mujica: la pelota de un niño, los 54 libros de condolencias y el récord de afluencia

Dentro del ataúd nadie ve ni oye. El cuerpo cada vez más frío y tieso de ...

Las mil maneras de decirle "adiós" a Mujica: la pelota de un niño, los 54 libros de condolencias y el récord de afluencia

Dentro del ataúd nadie ve ni oye. El cuerpo cada vez más frío y tieso de ...

Dentro del ataúd nadie ve ni oye. El cuerpo cada vez más frío y tieso de José Mujica empieza su natural proceso de descomposición. Él mismo lo repetía hasta el hartazgo: “La vida es la aventura de las moléculas”.

Pero, ¿cómo nos expresamos ante ese ser que —según la filosofía de Mujica— dejó de ser? ¿Cómo actuamos ante la muerte, ante el vacío?

En el país más ateo del mundo, miles de devotos le rindieron tributo —incluyendo canciones, ofrendas y persignaciones— al difunto Mujica. Fueron más de 100.000, según se leía en el zócalo de la transmisión televisiva del velorio en un canal privado. ¡No, fueron unos 70.000!, corrigió un diputado. ¡No, fueron unos 27.500!, según el cálculo de un periodista que estimó los nuevos ingresos por minuto al salón de los Pasos Perdidos y aclaró que, en una población del tamaño de Estados Unidos, equivaldría a 3.000.0000.

La empresa funeraria lo midió en libros de condolencias: 54. Fueron muchos. Tal vez más que cualquier otro velorio conmemorado en Uruguay en las últimas décadas.

“Es un disparate de gente”, resumió una funcionara del Palacio Legislativo, de esas veteranas que conocieron centenas de actos protocolares, mientras la gente a la orilla de la escalinata cantaba “A Don José”, la liturgia uruguaya con la que a veces se despide a los líderes.

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Para “la barra” del MPP que estaba a cargo de la logística, la grandeza no estaba en los números, sino en lo detalles. Un niño se acercó al féretro y regaló la pelota que le había pedido a los Reyes. Un padre primerizo le enseñó a Lucía su hija recién nacida. Un universitario le dejó un libro de su autoría. Una mujer levantó su bastón, como en señal de resistencia, y se puso a cantar:

"No te vayas todavía, no te vayas por favor. No te vayas todavía que hasta la guitarra mía llorará cuando dice adiós".

Un abuelo abrazó a sus nietos que estaban con la túnica y moña escolar, levantó la mano, hizo la “V” y gritó: “Hasta la victoria siempre”. Otros aplaudieron, muchos lloraron.

En eso se acercó otro joven y dejó una carta formal fechada este 15 de mayo. “A pesar de no ser votante de sus ideas, me pareció un buen gesto, como demócrata y amante de mi país, escribirte estas líneas con palabras de aprecio y de gratitud hacia usted”.

¿Votantes de otros partidos? Los jóvenes blancos se reunirán este jueves para decidir si le rinden un homenaje al expresidente. Los partidos políticos enviaron arreglos florales. Los legisladores actuantes se hicieron presente. Y hasta alguna exsenadora pasó a abrazar a los deudos.

Carmen Sanguinetti, la exsenadora colorada, se agachó frente a Topolonsky, saludó con un gesto cordial al presidente chileno Gabriel Boric que estaba a su lado, y compartió varios minutos de consuelo.

Cada tanto Topolansky se distraía porque algún militante le gritaba: “Fuerza, Lucía. Fuerza, vieja”. Y ella saludaba.

La muerte —o mejor dicho la muerte de una personalidad— tiene una coreografía ensayada, un protocolo, cambios de guardia, ritos. Pero la despedida de la gente, del de a pie, tiene la simpleza de la improvisación.

La aventura de las moléculas de Mujica acabó. El horno de la cremación superó los 850°C constante. Y los restos, hechos ceniza, siguieron su camino a la tierra.

Para el presidente brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva, otro de los presentes, “una persona como Pepe no muere”. Aunque haya muerto y empiece a nacer el mito.

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/nacional/las-miles-manera-decirle-adios-mujica-la-pelota-un-nino-los-54-libros-condolencias-y-el-record-afluencia-n5999639

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