El mensaje de Lacalle Pou a los blancos: campaña del FA fue "para ganar y no para gobernar" y Orsi está "abriendo el paraguas"

Tras más de cinco años, ...

Tras más de cinco años, Luis Lacalle Pou volvió a subir las escaleras del directorio del Partido Nacional en la que fue su primera actividad pública desde que dejó la Presidencia.

Lo hizo para participar de una sesión especial del órgano de conducción partidaria en la que anunció que volverá “como militante” a “empujar el carro” desde el último lugar de la fila, tal como señaló la presidenta del directorio, Macarena Rubio, en rueda de prensa.

Si bien Lacalle Pou no quiso hacer declaraciones, y se limitó a sacarse fotos con los militantes que lo esperaron afuera y le pidieron que volviera a presentarse en 2029, puertas adentro dio un discurso que fue recibido de forma muy positiva por los dirigentes.

“Ordenó la tropa”, dijo un legislador minutos después que terminara la reunión, mientras que otro valoró que hubo mensajes para el “corto, mediano y largo plazo”.

Aunque no los ordenó en ejes, las palabras se pueden concentrar en cuatro tópicos: el nuevo directorio, las elecciones de mayo, las de 2029 y el rol de los blancos como oposición con la Rendición de Cuentas como “primera batalla”.

Tras escucharlo, en la dirigencia nacionalista reinaba el optimismo respecto a su candidatura en las próximas elecciones aunque todos enfatizaban en que manejará los tiempos sin sobreexponerse.

Presidente full time

Según supo El Observador por participantes de la sesión, Lacalle Pou señaló que el objetivo para las elecciones de mayo era tratar de ganar “la mayor cantidad de intendencias y alcaldías”.

El exmandatario contó que irá a Lavalleja y Colonia a participar de actos de campaña y evalúa participar –también– de actividades en Río Negro. “Estoy para ayudar, para empujar del carro”, resumió.

Después de las elecciones, los nacionalistas iniciarán la autocrítica y comenzarán las negociaciones para conformar –convención mediante– un nuevo directorio que, entiende Lacalle, debe reflejar los apoyos que cada sector recibió en 2024.

Habló de la importancia de tener un “partido fuerte” y sin entrar en la resolución específica, les transmitió que debían ser maduros, que el PN necesitaba “renuncias personales” y pensar en el “todo” más que “en uno”.

A su juicio, el partido debe “profesionalizarse” y necesita un presidente full time que “se acueste y levante” pensando en los nacionalistas. De esta forma, dio a entender que no está de acuerdo con que quien encabece el directorio ocupe otros lugares políticos –como el Senado–. También señaló que siempre era partidario de la competencia si había más de un candidato.

El mensaje quedó resonando porque Álvaro Delgado y Javier García son los que han transmitido su interés por asumir en ese lugar, por lo que deberán tomar decisiones llegado el caso. Otros nombres arriba de la mesa son los de Luis Alberto Heber y Beatriz Argimón.

El expresidente también dedicó parte de su discurso a hablar del rol que tenían que ejercer como oposición.

Señaló que debían actuar de forma “firme y ordenada” y que el libro Uruguay más libre –con los logros de su gobierno– era la “biblia” a la que debían recurrir para defender su gobierno. “Me imagino a los militantes subrayándolo”, les dijo y planteó que el primer lugar de disputa iba a ser la Rendición de Cuentas, que la administración de Yamandú Orsi enviará al Parlamento en mayo.

Para ese momento, que los blancos mencionan como “primera batalla”, planteó que los legisladores debían apoyarse específicamente en los exministros y jerarcas de su administración para “decir” y que pueda surgir “la verdad”, la cual es distinta a lo que la administración de Orsi está transmitiendo.

En este sentido, el expresidente dijo que el gobierno estaba “abriendo el paraguas” para incumplir promesas y se mostró crítico con cómo el Frente Amplio hizo la campaña ya que –a su entender– el proyecto que presentaron fue “para ganar y no para gobernar”, algo que se veía en la falta de acciones.

Mejores años

Respecto al futuro, relató que en 2019 la coalición fue algo que “debió armar” para ganar las elecciones y que en 2024 la sociedad ya la internalizó, por lo que ahora debían “tomarle los tiempos o el pulso” a la gente para definir si deben ir todos juntos o separados. Dijo que no tenía una posición tomada, pero recordó una frase de su bisabuelo Luis Alberto de Herrera, quien decía que las disputas de blancos y colorados era “cosa de la historia”.

Sobre el final, recordó que antes de asumir había dicho que volvería como militante por lo que en este período será el “último de la fila”. “Estaré empujando pero no seré el que cincha”, graficó.

Enfatizó en que si bien han estado muchos años en la oposición, los blancos tienen “vocación de gobierno” por lo que debían prepararse –y actuar– para estar al mando del país. Destacó que en 2029 nadie podrá ser candidato si no sabe cómo funciona –y afecta– la inteligencia artificial y señaló, como ejemplo de los cambios que vive el mundo, la velocidad en que viene aumentando el conocimiento en la sociedad.

Para la despedida, discrepó –en broma– con un mensaje que había dado Rubio. La presidenta le agradeció por haber dedicado “los cinco mejores años de su vida” al gobierno, pero el expresidente no estuvo de acuerdo: le adelantó que “recién los estaba empezando” por lo que tenía energías suficientes, lo que fue interpretado por los blancos como una puerta más que abierta para 2029.