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Educación vial desde la infancia: la apuesta de Sonia Sosa en Rocha para un tránsito más humano

Educación Vial

Educación vial desde la infancia: la apuesta de Sonia Sosa en Rocha para un tránsito más humano

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 En tiempos donde la convivencia en el tránsito parece una batalla diaria, desde la División de Tránsito del Gobierno de Rocha se impulsa una estrategia tan simple como poderosa: educar desde la infancia. La responsable del área, Sonia Sosa, encabezó este martes una emotiva y significativa entrega de carteles de señalización al Caif Kururu, donde niñas y niños aprenden jugando a ser peatones, ciclistas y conductores responsables.

"En la mañana de hoy hicimos entrega de carteles indicadores al Caif Kururu. Allí se encuentra una pista maravillosa para que los más pequeños practiquen con sus chivitas y así conozcan las señales de tránsito", expresó Sosa, visiblemente entusiasmada por el proyecto.

La actividad no es una más. En un país donde los siniestros viales siguen siendo una de las principales causas de muerte entre jóvenes, el trabajo con la infancia aparece como una semilla de cambio. "La educación vial debe empezar antes de saber manejar", afirman desde la División, y el mensaje cala hondo entre educadores y familias.

En el patio del centro Kururu, las ruedas pequeñas de los “chivitos” cruzan la pista marcada con carteles de “Pare”, “Ceda el paso” y sendas peatonales. No es un juego más: es una simulación real, una escuela de la vida en miniatura. Allí, la consigna no es llegar primero, sino aprender a convivir.

Sonia Sosa, quien desde hace meses viene empujando una agenda de sensibilización y trabajo comunitario, se ha transformado en una referente en la promoción de una cultura vial más humana y empática. Bajo su gestión, la División de Tránsito ha salido del escritorio para acercarse a la gente, a los barrios, a las escuelas.

"El tránsito no es solo normas y multas. Es, sobre todo, respeto por el otro", repite Sosa en cada encuentro. Y su mirada pone el foco en los más chicos, sabiendo que el cambio cultural que Rocha necesita se construye desde el jardín.

La apuesta es clara: menos bocinas y más valores. Y si el futuro del tránsito está en manos de estos pequeños que hoy aprenden a frenar antes de cruzar, quizás podamos soñar con calles más seguras y humanas para todos.

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