
César Troncoso, un uruguayo suelto en El Eternauta: "Cuando era niño quería esto, cagarme a balazos con los enemigos y luchar contra monstruos"
César Troncoso está feliz. La razón es haber sido parte de ...
César Troncoso está feliz. La razón es haber sido parte de El Eternauta, la adaptación de la historieta argentina que este miércoles 30 estrenó su primera temporada en Netflix. El actor uruguayo sonríe y disfruta de hablar del proyecto aunque haya pasado ocho horas metido en una seguidilla de entrevistas para promocionar la serie.
“Esto es algo que no pasa todos los días”, comenta a El Observador desde Buenos Aires. “Esto” es interpretar a Alfredo “Tano” Favalli, uno de los personajes centrales de esta historia de ciencia ficción clásica que después de muchos intentos logró finalmente ser traducida a la pantalla.
Embed - El Eternauta | Tráiler oficial | NetflixFavalli es un ingeniero, un tipo práctico y acumulador, medio paranoico, que se enfrenta a la nevada mortal y a la invasión extraterrestre, que son el conflicto central de El Eternauta, con una buena dosis de suspicacia y desconfianza de todo aquel al que no conoce. Sin embargo, será el primero en ofrecer sus recursos y su ayuda a su amigo Juan Salvo (Ricardo Darín), el protagonista central del relato, cuando tenga que enfrentar a estos peligros para cruzar media Buenos Aires para encontrar a su hija.
Troncoso, una figura casi omnipresente en el cine uruguayo, que ha llevado sus talentos también a Brasil y en los últimos años con buena frecuencia a Argentina, le da a Favalli una mezcla de dureza y calidez, en un papel que también exigió de una forma bastante literal ponerle el cuerpo a la situación, por las múltiples secuencias de acción y de trabajo físico que involucró la serie, toda una superproducción para los estándares regionales.
¿A nivel de escala de producción y demás es el proyecto más grande en el que has estado?
Sí, sí. Trabajé en novelas para TV Globo en Brasil, que también son producciones grandes, pero El Eternauta es un proyecto medio único. Hay algunas innovaciones tecnológicas que están incluidas, que tienen que ver con pantallas LED que proyectan los fondos, y con un montón de cosas que facilitan mucho el trabajo del actor. Además estamos hablando de una serie que tiene que ver con la ciencia ficción, con una invasión extraterrestre, que incluye una nevada tóxica en una ciudad en la que no nieva y por lo tanto hay que construir todo eso. Entonces diría que sí, que es un proyecto con un porte que para mí es nuevo, y que además salió muy bien. Estoy saltando en una pata.
DSC_3440_R.jpgTanto el género y las características de la historia, como estas herramientas tecnológicas, ¿te habilitan como actor a prestarte más al juego, te abren más esa cuestión lúdica?
Sí, te habilita el juego. La tecnología suma a favor y te permite hacer un juego de mejor calidad. Donde antes había cromas, azules o verdes, ahora tenés una pantalla LED que en tiempo real te permite ver lo que está sucediendo. Vas viendo lo que en otro tiempo te decían que tenías que imaginar. Entonces eso te da mucho juego. La serie toda te lo da, porque lo que no es tecnología, que es de pronto calles de la ciudad de Buenos Aires trabajadas para que parezcan nevadas con toneladas de sal tiradas en ella, también te habilita el juego, o el andar con un par de armas. Cuando yo era niño, y veía aquellas tres películas que te pasaban los sábados de tarde de corrido en el cine, lo que quería era hacer esto, cagarme a balazos con el enemigo y luchar contra los monstruos. Esto de actuar y construir historias no lo pensaba desde un lugar intelectual, lo pensaba desde el lugar lúdico al que esta serie me trajo de vuelta. Como en los viejos tiempos, como en la infancia.
Cada actor tiene su camino cuando trabaja en una adaptación. ¿Cómo fue para vos en este caso? ¿Leíste el cómic o preferiste no contaminarte?
Yo ya conocía al cómic, en los años 80 leía muchas historietas, y compraba siempre la revista Fierro. Todavía las tengo, tengo una pila de un metro de revistas en mi casa. Entre esas revistas sacaban especiales y uno de los libros de esos especiales era acerca de Héctor Germán Oesterheld (guionista del original), y obviamente El Eternauta era una de las historietas principales de su producción, hecha en este caso con (el dibujante Francisco) Solano López. Lo leí en aquel momento, lo volví a leer cuando surgió toda esta posibilidad de hacer los castings para la serie, y después medio que me lo olvidé. Primero porque no estamos hablando de la historieta original, sino de una adaptación, si bien el respeto que tiene por el original es mucho. Entonces leí y medio que olvidé para poder también trabajar con un poco de aire, porque estos personajes icónicos como Salvo, Favalli, Lucas, Polsky, son personajes muy marcantes y uno le tiene que quitar importancia para poder airearse y trabajar en paz.
El Eternauta Marcos Ludevid | NetflixAhora que mencionás la adaptación, uno de los cambios con respecto a la historieta es que los personajes principales son más viejos, en la serie son sesentones. ¿Esa cuestión va contra de lo que es más común o esperado en historias de este tipo, que suelen tener héroes más jóvenes?
Sí, tiene algo de eso. Creo que es una apuesta de riesgo, en el sentido de que no sólo tiene personajes de una edad que habitualmente no luchan contra extraterrestres, sino que además luchan contra extraterrestres desde el sur. Eso ya de por sí marca una diferencia y eso me parece valioso. La mirada que se aporta desde este lugar es otra, hay un saborcito rioplatense, que me parece que es la gran carta que juega la serie. No solo porque muestra nuestra idiosincrasia de la región, sino también porque muestra los niveles de calidad a los que se ha podido llegar. Creo que todo eso acompaña a esto de adaptar la historia, hacerla contemporánea, hacer lo mismo que en su momento hizo Oesterheld cuando cuenta una historia contemporánea a él y dándole un valor universal, pero desde acá, desde quienes somos.
Más allá de que la historia se enfoca mucho en los vínculos entre los personajes y el valor de la comunidad, y suponiendo que hubo dobles de riesgo, ¿fue una serie que te exigió poner el cuerpo?
Ojalá hubiera habido tantos dobles como uno imagina (risas). No hubo tantos dobles. Ricardo tuvo para algunas escenas puntuales, hay unos saltos de algunos lugares un poquito altos que no hice yo, pero después transpiramos la camiseta. Y esto es en sentido literal porque yo, por ejemplo, estaba con un traje de bombero que es impermeable, que es anti-flama y qué sé yo, y por lo tanto toda la transpiración te la dejaba en el cuerpo, no se iba, no la tomaba el material. Entonces, entre el traje, sumado al hecho de que corríamos mucho, que tenía unas botas de goma y que la máscara te restringe la capacidad respiratoria, fue complicado. Pero también mientras te ibas complicando ibas diciendo “es El Eternauta, es El Eternauta, es El Eternauta” y eso compensaba, estabas laburando donde querías estar.
DSC_3467_R.jpgMencionaste las máscaras, y viendo la serie me pareció muy interesante el trabajo de tener que actuar muchas veces solo con los ojos. Pienso en una escena cuando ves por primera vez a los extraterrestres y se ven tus ojos desencajados, transmitiendo todo ese horror.
Me parece que también es una elección como la de hacer poco doblaje, hay un sonido de voces que de verdad sale de la propia máscara. En algunas cosas se minimizó su uso para tener la cara de los actores, pero sí, es un lindo desafío trabajar con los ojos, estar contando con el cuerpo y con la situación, que es un poco también el reflejo de la historieta, porque la historieta en una única viñeta de repente te está dando con la posición de un cuerpo una situación y un estado anímico. A mí me parece que el respeto que se tiene en la serie por la historieta original también pasa por esos lugares, también por algunos modos de contar que no son estrictamente los del audiovisual sino que tienen un anclaje en aquella historieta del 57.
¿Cuál fue para vos en este trabajo con El Eternauta el mayor desafío como actor?
Hubo dos. Uno fue estar a la altura de Favalli, el personaje que, por lo menos acá en la República Argentina, todo el mundo tiene muy claro quién es. Hay algunas cosas de complexión física a las que de repente no me aproximo tanto, pero aproximarme al temperamento resultaba necesario, creo que medio que zafo ahí, creo que más o menos cumplo (risas). El otro fue la exigencia física, que no se condice con mi actividad deportiva anual, digamos. Pero creo que lo conseguí, me sentí muy satisfecho. En un momento decía, “opa, parezco un toro”, me sentía sorprendido de algunas capacidades que tuve.
EE_05-BTS_0027_R_V2 (Copy).jpgEn una serie en la que los objetos son muy importantes, ¿te llevaste algún recuerdito del rodaje?
No. Me hubiera llevado una de las brújulas que usa Favalli, esas brujulitas son divinas. O la máscara, que es una maravilla. La máscara por excelencia es la de Juan Salvo, pero las nuestras también estaban muy buenas. Me tendría que haber afanado algo.