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Ausentes del aula: paradojas y alarmas de Aristas 2023

La tercera edición de la evaluación Aristas, aplicada por el INEEd en 2023, trajo consigo una paradoja inquietante. Según los resultados, más del 59% de los alumnos de primaria presentaron inas...

Ausentes del aula: paradojas y alarmas de Aristas 2023

La tercera edición de la evaluación Aristas, aplicada por el INEEd en 2023, trajo consigo una paradoja inquietante. Según los resultados, más del 59% de los alumnos de primaria presentaron inas...

La tercera edición de la evaluación Aristas, aplicada por el INEEd en 2023, trajo consigo una paradoja inquietante. Según los resultados, más del 59% de los alumnos de primaria presentaron inasistencia crónica: faltaron al menos al 10% de los días de clase. Seis de cada diez niños en edad escolar faltaron a la escuela de forma sostenida. Y, sin embargo, los aprendizajes medidos no solo no cayeron, sino que mostraron cierta mejora respecto a 2017.

¿Cómo se explica esta aparente contradicción?

A contramano de lo esperado, y pese a la fragilidad del vínculo educativo, los resultados académicos presentan una tendencia positiva. El porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos de desempeño descendió y hubo una leve mejora en términos de equidad. En lectura, por ejemplo, el porcentaje de alumnos por debajo del nivel 3 se redujo en ocho puntos porcentuales entre 2017 y 2023. También se registra un leve descenso en la brecha entre grupos socioeconómicos, un leve descenso en la inequidad en comparación con 2017 y 2020. Todo esto, mientras la inasistencia alcanza niveles récord.

La inasistencia crónica no es un dato menor. En educación, estar presente es la condición mínima para aprender. Numerosos estudios internacionales han demostrado que faltar reiteradamente a clase afecta el rendimiento y aumenta el riesgo de rezago. Tras la pandemia, organismos como la UNESCO y el Banco Mundial han advertido sobre una pérdida global de aprendizajes sin precedentes, especialmente en América Latina. Los estudiantes podrían haber perdido hasta dos años de aprendizajes efectivos en áreas clave como matemáticas y lectura. Está ampliamente documentado que los estudiantes con altos niveles de ausentismo suelen obtener peores resultados en evaluaciones estandarizadas, repiten con mayor frecuencia y tienen más dificultades para completar la educación obligatoria. No es una hipótesis, es evidencia.

La pregunta es inevitable: ¿estamos realmente ante una mejora genuina en los aprendizajes, o frente a un espejismo estadístico? ¿Inciden aquí cambios en el diseño del instrumento, en la muestra evaluada, en la forma de reportar resultados? ¿Es posible comparar con rigor las ediciones de Aristas 2017, 2020 y 2023? ¿Qué grado de confiabilidad y validez tiene la comparabilidad entre las distintas ediciones de las pruebas?

El dato duro de la inasistencia no se puede ignorar. Que seis de cada diez niños falten crónicamente a clase debería encender todas las alarmas. No hay reforma educativa posible si los estudiantes no están. No hay mejora real sin continuidad pedagógica. Y no hay justicia educativa si quienes más necesitan a la escuela son justamente quienes menos concurren.

La escuela no educa por arte de magia ni por decreto. Educa cuando puede sostener un vínculo, una rutina de encuentros, un tiempo compartido. La educación ocurre en la presencia. Cuando esa presencia se quiebra, lo que está en riesgo no es solo el calendario escolar, sino el futuro de generaciones enteras.

Por eso, las políticas públicas deben mirar más allá del aula. Hay que atender la pobreza, la alimentación, la salud mental, las condiciones de vivienda. Porque detrás de cada niño que falta sistemáticamente a la escuela, suele haber muchas otras ausencias: de apoyo, de contención, de sentido.

Frente a una inasistencia crónica de esta magnitud, cualquier mejora aparente en los aprendizajes merece ser leída con lupa.

Deja pensando.

Notas del artículo

En EE.UU., el National Center for Education Statistics alertó sobre un incremento sin precedentes del chronic absenteeism post-pandemia, con impactos directos en la caída de puntajes en lectura y matemáticas según la NAEP 2022. La UNESCO, el UNICEF y el Banco Mundial advirtieron en 2021 que la pérdida de aprendizajes en América Latina podría alcanzar niveles “catastróficos” si no se lograban recuperar los tiempos escolares perdidos tras la pandemia. En Uruguay, la definición de inasistencia crónica adoptada por Aristas (10% o más de faltas sobre el total de días escolares) es consistente con los estándares internacionales.

*Fossati es exdirector del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd)

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/opinion/ausentes-del-aula-paradojas-y-alarmas-aristas-2023-n6005795

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