Salud Hoy

DE LO QUE PREOCUPA PERO NO SE OCUPAN

Salud Mental

Uruguay es uno de los países con más tasas de suicidio en Sur América junto a las Guayanas Francesas y en algún momento junto a Cuba. Las cifras se han estabilizado desde el 2016 al 2021 entre los 600 y 777 casos cada año.
Aunque las cifras obtenidas del Ministerio del Interior difieren cada año de las presentadas por el MSP.
 
Históricamente el tema se ha considerado parcialmente, es decir, lo que se ha estudiado sobre el tema en nuestro país no ha sido de modo exhaustivo ni sistemáticamente. Motivo por el cual es un tema al que no se encuentran respuestas claras, por la sencilla razón de que nunca se realizaron investigaciones serias territoriales, que puedan evidenciar fidedignamente que factores determinantes se encuentran implicados. Mientras tanto la problemática se acrecienta con casi las mismas características del 1900: en jóvenes y adultos mayores, pero en estos últimos la implicancias biológica de enfermedades junto a la soledad son parte de los factores determinantes.

En los jóvenes la situación es similar, salvo que la mayoría de los factores aluden a  otras circunstancias y no como son las enfermedades en  los adultos mayores. En los jóvenes la presencia de la soledad y con falta de contención emocional y ausencia de esperanza en los proyectos de vida son parte de los factores determinantes, aunque también se puede pensar en relación al consumo y abuso de sustancias.

NO ES UN TEMA EXCLUSIVO DEL "INTERIOR" O LA CAMPAÑA

La estigmatización generada hacia localidades y departamentos interior ha sido el lente por donde profesionales de la salud, sistema político y población en general se han referido al tema. Sin embargo  las cifras dan cuenta de una problemática del País y que está distribuida con casos en todos los Departamentos.
 Las cifras de Montevideo (259) junto a Canelones (119)  marcan casi la mitad de los casos totales de todo el País. Entonces es un problema generalizado de todo el País.
Los Departamentos de Rocha, Treinta y Tres y Lavalleja son también afectados en el cálculo cada 100 mil hab, con un promedio de 30 casos por año.
Aunque las autoridades y profesionales definan sistemáticamente al tema como una problemática del interior del país, y refiriéndose a la campaña no deja de ser una mirada estigmatizante que saca el foco, oculta y silencia la cantidad de casos de la capital y cercanías. Las cifras dan cuenta que indefectiblemente es también una problemática de la urbe capitalina.

Es una problemática de que las respuestas han estado asociadas a lo económico y al desempleo, y no descartamos la incidencia de estos factores predominantemente, pero más allá de estos también están los factores del sistema de salud, accesibilidad a los tratamientos de salud mental, en los que claramente Uruguay tiene grandes precariedad y deficiencias. Existe la ausencia de investigaciones sobre el tema pero además la ausencia de programas territoriales de acceso a la salud mental  que impliquen tratamientos y prevención.
Para abordar el tema se necesitan programas integrales que aborden la Prevención y el Tratamiento. No basta con uno u otro sino de ambos dispositivos a la vez. Además de las deficiencias en los sistemas de atención en Salud Mental  también están otros factores implicados como sociológicos, históricos, médicos, psiquiátricos etc.

LA LLAVE QUE "PERDIERON"

El Departamento de Rocha es uno de los departamentos más afectados históricamente y sus cifras al transcurrir del tiempo también son relativas en las diferentes localidades.
Las cifras en Rocha se posicionan entre los 28, 30, 33 casos cada año, en donde las poblaciones más afectadas se encuentran Chacras de Rocha, La Paloma, Castillos y Lascano.

Parece un tema que es de preocupación de la casta política, y de profesionales que ostentan cargos y dicen trabajar por el tema, sin acciones reales y concretas que la realidad evidencia cada año.

Pero lo cierto es que desconocimiento, el miedo, y otros factores de poderes políticos  son parte de las grandes resistencias para generar los cambios necesarios. De las pocas actividades que se pueden realizar no hay compromiso y hay como una especie de "huida y ausencia" a la hora de apoyar de verdad y de modo comprometido y serio actividades relativas a este tema. Esa huida y ausencia del sistema político, que ha caracterizado a los gobiernos hace ya bastantes años y eso no ha cambiado, si bien hay pequeños indicios de dar espacio para hablar sobre el tema. Esto nos habla del tabú instalado, de los prejuicios, mitos y de las resistencias a los cambios y vaya a saber uno, que fantasmáticas o fantasías  se encuentran detrás de esa "huida y ausencia" por parte de los gobiernos de turno en las diferentes épocas, que no deja ser parte de problemática instalada hace ya varios años.

Esperemos algún día haya menos miedo, menos burocracia,  más participación y compromiso para llegar a la población en general  y más valoración a la salud mental, porque quien enferma del cuerpo también enferma su mente y viceversa. Y las sociedades que aceptan las dificultades y las resuelven pueden tener mejores posibilidades de una mejor calidad de vida.
Combatir el flagelo del suicidio es trabajar para una sociedad más sana mentalmente en todo sentido. Mientras que estos temas crónicos y graves no tengan un trabajo sistemático no se  podrá evolucionar a otros estados elevados de emocionalidad y pensamientos a nivel social e individual.

Comentarios

¡Sin comentarios aún!

Se el primero en comentar este artículo.
Volver arriba