La Salud Mental en Uruguay: Mitos, Realidades y el Estigma en Rocha
Las cifras reales y la desmitificación de los relatos
La salud mental en Uruguay es un tema que ha cobrado gran relevancia en los últimos años. Sin embargo, su abordaje ha sido en muchas ocasiones manipulado con fines políticos o mediáticos, lo que contribuye a la desinformación y al estigma de ciertas localidades del país. Un reciente estudio realizado por la licenciada en Psicología Paola Fernández, con posgrado en Diversidad y Género y consultora para el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (Unfpa), arroja luz sobre la verdadera situación de la salud mental en el país, con un énfasis en el departamento de Rocha y sus localidades.
Las cifras reales y la desmitificación de los relatos
El análisis de los datos del Ministerio del Interior entre los años 2008 y 2021 muestra que las mayores cifras en Rocha se registraron entre 2016 y 2018. En Castillos, hubo una disminución notable entre 2017 y 2020, con un leve ascenso en 2021 que sigue siendo significativamente menor a los valores de 2016. Paralelamente, otras localidades del departamento han experimentado variaciones.
Uno de los hallazgos más importantes del estudio es la sobredimensión del problema en Rocha y, particularmente, en Castillos. Según Fernández, "se ha instalado un estigma sobre esta ciudad a partir de informaciones tergiversadas o amplificadas, muchas veces con el objetivo de captar atención y recursos". Esto ha generado una percepción errónea en la opinión pública, mientras que otras zonas con problemáticas similares o más graves han quedado en un segundo plano.
Rocha en contexto: el impacto del cálculo poblacional
Un factor determinante en la percepción de Rocha como un departamento con altos índices de problemas de salud mental es el cálculo estadístico basado en cada 100 mil habitantes. Este criterio, aunque técnicamente válido, no considera la densidad de población y la distribución territorial, lo que genera una representación desproporcionada del problema en comparación con departamentos más poblados.
De hecho, las cifras indican que Montevideo, Canelones y Maldonado concentran más de la mitad de los casos del país, lo que refuerza la idea de que el problema de salud mental en Uruguay es mucho más complejo y amplio que lo que suele reflejarse en los discursos políticos y mediáticos.
Las políticas de salud mental y la necesidad de un enfoque integral
Históricamente, la salud pública en Uruguay ha fallado en generar programas eficientes de prevención y tratamiento de la salud mental. Recién desde 2020 se han implementado iniciativas como la línea de asistencia psicológica 0800 1920 y programas territoriales en Rocha, que buscan dar respuestas a una problemática que requiere atención continua y especializada.
Sin embargo, aún persiste un problema de comunicación: "Las autoridades y algunos actores políticos han contribuido a reforzar estigmas al presentar el tema de manera parcial y sesgada", advierte Fernández. "Es necesario un abordaje serio y basado en datos, en lugar de seguir utilizando la salud mental como una herramienta de utilización del tema con fines partidarios o de desinformación".
Conclusión: erradicar el estigma para mejorar la salud mental
Si Uruguay quiere avanzar en políticas de salud mental eficaces, primero debe erradicar los estigmas y reconocer que el problema no es exclusivo de un departamento o una localidad, sino de todo el país.
El estudio de Paola Fernández pone en evidencia la necesidad de una discusión informada y basada en datos concretos. La salud mental no puede seguir siendo un tema utilizado para la polarización política, sino que debe abordarse con seriedad, empatía y compromiso gubernamental.
Contacto para más información sobre la investigación:
Paola Fernández - Licenciada en Psicología, Posgrado en Diversidad y Género. Consultora para el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (Unfpa).
Correo: paola.fernandez.benencio@gmail.com