
El Partido Socialista y sus aliados vuelven a dividirse para presentarse a elecciones
Varios meses antes de que fuera precandidata del ...
Varios meses antes de que fuera precandidata del Frente Amplio, la todavía intendenta Carolina Cosse siguió desde la primera fila en la Huella de Seregni el lanzamiento de un nuevo espacio político. La sede de Colonia y Germán Barbato recibió ese día a los principales dirigentes del Partido Socialista, el Partido por la Victoria del Pueblo, Casa Grande y la lista 5005, aparte de independientes como Nelson Villarreal, Mirtha Guianze y Mercedes Clara que firmaron su apoyo.
Nacía Izquierda y Libertad, una "corriente de ideas" tejida por Gonzalo Civila –futuro ministro de Desarrollo Social– que apostaba a juntar otra vez a "una vieja izquierda anarquista y una vieja izquierda socialista" que se expresaron desde los albores del siglo pasado. Ahora traía también una "pata feminista muy fuerte", quería "confrontar de forma abierta con el liberalismo económico, el libertarianismo de derecha, el conservadurismo", proponía reivindicar "el horizonte de una sociedad sin clases ni discriminación de ningún tipo".
Casi dos años después, todos los aliados van a correr por carriles distintos. Y pese a no estar "herida de muerte", con miras a "trascender lo meramente electoral", Izquierda y Libertad sufre con las elecciones departamentales un nuevo sacudón.
El abogado Juan Ceretta Foto: Captura de pantalla de video de la cuenta de X de Juan CerettaEl Partido Socialista terminó quedando solo en todas sus decisiones en la contienda por la Intendencia de Montevideo: propusieron al abogado Juan Ceretta como candidato y lo mantuvieron en el Plenario del Frente Amplio con el resultado cantado de antemano de que no iban a tener los votos necesarios. También mocionaron para que la lista de suplentes sea la misma para los tres postulantes finales, pero tampoco consiguieron respaldo.
En la misma Huella de Seregni en que acontecía esa votación pasaba de boca en boca de emepepistas y comunistas que era "incomprensible" la estrategia seguida por los socialistas. Más de un dirigente importante de esas filas ha reconocido en conversaciones privadas que fue un "error táctico".
Distanciados de todas las otras opciones y sin tranzar por alguna suplencia, el Partido Socialista terminó definiendo abrir listas con los tres candidatos y no respaldar a ninguno en particular.
Constanza Moreira con Andrade y con PiñeiroCasa Grande lleva recorriendo un camino propio desde octubre, cuando Constanza Moreira aceptó el ofrecimiento de Óscar Andrade para secundarlo en la lista 1001 del Partido Comunista. Su sector tenía nulas chances de ganar una representación si compartía lista o sublema con los socialistas y ocasionó la primera escisión en el proyecto de los "latas", que levantan la bandera de ser una alternativa a los poderosos MPP y Partido Comunista en la interna de la izquierda.
-lcm9586-jpg..webp Constanza MoreiraFoto: Leonardo Carreño.Meses después, Casa Grande resolvió impulsar a Silvana Pissano, alcaldesa del Municipio B, como precandidata a la comuna. La decisión llegó a tomar por sorpresa a sus nuevos aliados comunistas que llegaron a pedirle explicaciones a Constanza Moreira, mientras negociaban en el Frente Amplio los respaldos a favor de Verónica Piñeiro.
A sabiendas de que no tenían los votos suficientes y contrario al camino adoptado por los socialistas, Silvana Pissano sí retiró su postulación al llegar al Plenario frenteamplista y concilió en cambio ser la quinta suplencia común en las nóminas de Piñeiro, Mario Bergara y Salvador Schelotto.
El PVP con los comunistasEl PVP fue un firme aliado de los socialistas durante todo el período, a tal punto que ocuparán posiciones relevantes en el Mides –como con Daniel Gerhard como director de Protección Social y Virginia Cardozo en Uruguay Crece Contigo– y que tienen una de las suplencias de Gustavo González en el Senado.
El sector quedó sin su banca en Diputados –tampoco la logró el Partido Socialista por primera vez desde el retorno a la democracia–, que habían ganado en 2019 por una alianza con los comunistas. Además, un histórico de sus filas como Luis Puig tendrá un rol clave en la cartera que va a conducir el Partido Comunista: el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, donde este exsindicalista va a ser Inspector Nacional de Trabajo.
Como parte de su afinidad histórica con los "bolches", el PVP terminó anunciando su respaldo a Verónica Piñeiro para la IM. El sector anunció en un primer momento su apoyo a todas las precandidaturas que no impulsaban el MPP o sus aliados –Pissano, Ceretta o Piñeiro–, y terminó decantándose por la única de esas tres que quedó oficializada en el Plenario del Frente Amplio.
Verónica Piñeiro, vicepresidenta del Frente AmplioVerónica Piñeiro se refirió nuevamente a la situación de las playas
Foto: Frente Amplio El otro portazoA los desencuentros se suma la resolución del cuarto de los aliados, la lista 5005 –también llamada Movimiento Cambio Frenteamplista–, de respaldar a Bergara. Esta última agrupación sí había comparecido junto al PVP y al PS en un mismo sublema para los comicios de octubre.
"Montevideo tiene una oportunidad que debe ser aprovechada de la mejor manera y esto requiere una gestión fuerte. Es imprescindible la compatibilización adecuada y justa de las políticas nacionales y departamentales", declararon en un documento al que accedió El Observador.
La agrupación acusó a la administración de Luis Lacalle Pou de "discriminar" a la capital y confió en que el cambio de signo va a propiciar una redistribución de las transferencias del gobierno nacional a las intendencias, en las que Montevideo históricamente ha percibido una proporción menor que el resto.
El referente de la 5005 y exjerarca del Inefop, Eduardo Pereyra, dijo que Bergara es "el único con peso suficiente para articular y negociar con Oddone y Orsi" para lograr "un cambio sustancial" modificando "esa relación".
Desde el Partido Socialista reconocen la "dispersión" de la oferta electoral en las últimas dos elecciones en que intentaron negociar para comparecer todos juntos, pero aseguran que el vínculo de Izquierda y Libertad trasciende a las urnas. También soslayan que en otros departamentos del interior, como en Maldonado, mantendrán su alianza.
"Izquierda y Libertad fue proyecto estratégico sobre qué queremos construir, una mirada de cómo entendemos al FA", señaló a El Observador el exdiputado del PVP y futuro jerarca en el Mides, Gerhard. "No es una condición imprescindible a estar juntos en eventos electorales. Sí en octubre tuvo algunas variantes y hacia las departamentales, en lo que refiere al apoyo para las candidaturas en Montevideo, sin duda que hay una dispersión", reconoció, aunque también confía en la continuidad de la corriente, con un nuevo aliado como Izquierda en Marcha.