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Los rendimientos del trigo que se está terminando de cosechar en Uruguay se ubican muy por encima de lo que se esperaba hace un mes y alivian parcialmente la presión de los bajos precios, que a un promedio de US$ 180 a US$ 185 por tonelada, son los menores en plena cosecha desde la zafra 2017/18.

Lo peor es que los precios pueden seguir bajando.

Y lo mismo ha pasado en Argentina y Australia, rendimientos sorprendentemente altos que tienen al mercado saturado.

El trigo y el medio vaso vacío

Parte del medio vaso vacío de los precios se origina en el bajo contenido de proteína, que compromete la calidad panadera de buena parte de la cosecha, complica la comercialización y mantiene tensionados los márgenes de equilibrio.

Los descuentos en el grano de menor calidad pueden ser de US$ 20 a US$ 25 por tonelada y existe un efecto dilución: más kilos sin acompañar con fertilizante nitrogenado generan menos proteína en el grano.

La pérdida de competitividad que esto implica se agrava por la coyuntura global del trigo con una producción récord, los stocks más altos en cuatro años y pocos cambios en la demanda.

Argentina, en particular, le pone presión a los competidores sudamericanos con rendimientos también inesperados que fueron elevados de 24,5 a 27,7 millones de toneladas en el último mes por parte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Es, por lejos, su mayor cosecha de la historia: respecto al año pasado Argentina cosecha 9 millones de toneladas más, en tanto Australia -con 37 millones de toneladas- suma tres millones más que en la cosecha pasada.

En este mes de diciembre, el trigo argentino es el más barato de la oferta exportadora global y cotiza por debajo del maíz (algo inédito), con referencias entre US$ 165 y US$ 170 la tonelada en los puertos de Rosario.

Con ese precio Argentina concretó una venta importante de trigo a China, por 65 mil toneladas que compró la empresa china Cofco, algo que hace varios años no sucedía.

Al enorme volumen se agrega una mejora en la competitividad tras la reducción de las retenciones por derechos de exportación del 9,5% al 7,5%, anunciada hace dos semanas por el gobierno de Javier Milei.

El contexto

Con precios en Rosario del orden de US$ 170 por tonelada, el trigo uruguayo tendrá que esforzarse por encontrar una colocación que sostenga un precio aceptable para productores que presupuestaron la zafra con referencias cercanas a US$ 200 la tonelada.

WhatsApp Image 2025-12-18 at 18.23.27 (1) ¿Podrá sostener el ascenso el trigo en Uruguay?

Tanto la productividad por hectárea como la producción absoluta de trigo van en ascenso, pero a la hora de la “batalla de las hectáreas”, la colza le ha ganado algo de superficie en la siembra anterior.

El área sembrada en Uruguay en la última zafra fue de 315 mil hectáreas, 11% inferior a la de la campaña anterior (40 mil hectáreas menos), pero lograría un rinde 20% superior.

En consecuencia, la producción de trigo sería algo mayor a la del año anterior: alrededor de 1,5 millones de toneladas en base a un rendimiento de 4.900 kilos por hectárea, el segundo más alto de la serie histórica detrás de los 5.037 kg/ha de la campaña 2023.

Con este resultado sería la octava zafra consecutiva de incremento productivo y el mayor volumen desde la cosecha 2013/14, cuando se sembraron 463 mil hectáreas y se obtuvieron 3.400 kilos por hectárea.

Además, será el sexto año consecutivo con rendimientos de al menos cuatro toneladas por hectárea: un cambio tecnológico veloz, ayudado en este año por una primavera prolongada en términos de temperaturas frescas durante el día y frías en la noche, acompañada de las lluvias justas para el llenado de grano.

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De esa manera, aunque con dificultades en este año, Uruguay seguirá siendo un exportador fuerte de trigo.

Hasta el 15 de diciembre Uruguay exportó 1,22 millones de toneladas de trigo en 2025 por US$ 272 millones.

Y el volumen de 2026 será muy similar al de este año, pero…. ¿a qué precio?

WhatsApp Image 2025-12-18 at 18.23.27 (2) Problema nada menor: calidad inferior en los granos

Solo una proporción menor de ese millón y medio de toneladas alcanzará los estándares de calidad panadera de 11,5% de proteína requeridos para los negocios de exportación, destino del 70% al 80% de la producción.

El promedio se recuesta “cerca del 11%”, en base a la información recibida hasta la última semana, indicó Daniel Vázquez, coordinador de la Plataforma de Agroalimentos de INIA: “Lo ideal para estar tranquilos en los negocios de exportación sería 11,5% o incluso 12% en algunos contratos”, indicó.

Buena parte del trigo está cerca de 10,5% de proteína, “al borde de ser trigo forrajero”, apuntó el exportador Fernando Villamil, director de Hajnal y Compañía, en algo que tiene un aspecto positivo: la pujante ganadería compra trigo para el ganado y así pone un piso a las cotizaciones del trigo de menos calidad.

El standard que toma Uruguay para exportar es el de Argentina, en los puertos de Rosario, que tiene 11,5% de proteína. Cuando no se llega a ese standard se complica exportar. Brasil compra con ese requisito y si hay que salir fuera de la región es más complicada la exportación. Con proteína 10,5% hay que salir a exportar fuera de la región.

En el mercado por trigo de calidad hay compradores que toman 11,5% y otros 12% de base. Esos trigos logran superar los US$ 180 por tonelada. Para el que es base 10,5% está en US·$ 170 y puede irse a US$ 160.

Esos trigos incorporan un doble problema logístico. Por un lado tienen que ir a destinos lejanos, frecuentemente países de bajo nivel de ingreso y capacidad de pago. Por otra parte deben viajar en buques de mayor porte y deben hacer una doble carga: una parte en Nueva Palmira y otra parte en Montevideo o en otro puerto fuera de Uruguay.

“En el trigo de baja proteína es necesario completar en Montevideo con 20 mil toneladas más porque son barcos de 80 mil toneladas, eso encarece el flete, y además los mercados son África o Asia, o sea que también hay un flete más caro por más lejanía.

De modo que lo que antes era US$ 200 neto al productor, actualmente es para trigo de buena calidad una cotización de entre US$ 190 y US$ 200 pero FOB, puesto a bordo. Para el productor probablemente la cuenta quede entre US$ 170 y US$ 180 para el grano de buena calidad y un descuento de US$ 10 a US$ 15 por tonelada para el trigo complicado en proteína.

Para el que haya logrado calidad la situación es otra. “El que tenga trigo con buenos datos de proteína que lo haga valer porque la molinería lo va a necesitar”, dijo el consultor argentino Javier Preciado Patiño en Tiempo de Cambio de Radio Rural.

Aun así, la productividad a algunos productores les salvará la cuenta o les dará al menos un empate.

El vicepresidente de Copagran, Alejandro Solsona, dijo que los rendimientos se ubican entre 4.500 y 7.000 kilos por hectárea.

Pero “el rendimiento de equilibrio se va arriba de 5 mil kilos por hectárea”, afirmó, “siempre y cuando alcance la calidad panadera, que con 10,5% de proteína no lo es, por lo que habrá que ver cómo se tiene que comercializar”.

El productor Gabriel Carballal indicó que “partimos de una base bien tirante y logramos los kilos, que está muy bien; los costos con media renta a los valores de US$ 190 por tonelada con los que sembramos daban de 4.600 a 4.800 kilos por hectárea de rendimiento de equilibrio”.

Sin embargo, el inesperado problema de la proteína baja “le pega a la rentabilidad del cultivo porque lleva los kilos necesarios para cubrir costos a más de 5 mil por hectárea”, coincidió con Solsona.

¿Qué fue lo que pasó?

Uno de los factores que incidió en esta situación fue el manejo de la fertilización. Con precios internacionales que no estimulaban mayores inversiones en el tramo final del ciclo, muchos productores optaron por abstenerse de seguir fertilizando. El resultado final fue una “dilución” de la proteína en escenarios de rindes superiores a los previstos.

“Nos quedamos cortos con el nitrógeno por falta de aportes del suelo y aplicación insuficiente, en línea con los rendimientos esperados” que estaban más cerca de 4.000 que de 5.000 kg/ha apuntó Carballal.

Los investigadores de INIA están reuniendo datos para ver la película completa y entender qué pasó. “Después de varios años de fertilizar adecuadamente nos encontramos este año con esta situación”, dijo Daniel Vázquez, “parecía un tema resuelto y hemos tenido años de altísimo rendimiento y proteína correcta”. El 2023, sin ir más lejos.

El resto de las variables de calidad salvan el examen, no hay problema en general por peso hectolítrico, falling number, o por hongos.

WhatsApp Image 2025-12-18 at 18.23.27 (3) Desafíos hacia la próxima siembra

Los recientes ajustes al alza en las estimaciones de oferta de trigo en Argentina, Canadá, la Unión Europea, Australia –también en Uruguay- se tradujeron en bajas persistentes en el mercado de Chicago, lo que también afecta a los precios de la cebada.

El precio del trigo llegó a superar los US$ 500 en los días posteriores a la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022. Pero desde entonces no para de bajar.

¿Podrá otro suceso geopolítico levantar los precios?

¿Habrá algún problema climático en el hemisferio Norte que alivie la sobreoferta?

Es altamente probable que los productores prolonguen el aumento de área de colza, carinata, camelina. Las siembras de invierno tienen más opciones que antes.

Mientras, en Chicago el cereal no encuentra piso.

La cotización de la posición diciembre 2026 bajó de US$ 212 a US$ 206,5 por tonelada en la última semana después de tocar máximos de US$ 222/ton a fines de octubre.

“La proyección de trigo para el año que viene no es muy alentadora; a los precios de hoy y con los rendimientos históricos el margen es negativo”, dijo Solsona, de Copagran.

Carballal considera que se va a vender el trigo muy barato o “va a haber carry over” (excedente de producción), una dificultad adicional a la siembra del año que viene: “No veo nada que cambie en el hemisferio norte, con buenas producciones; va a ser un año muy desafiante para el trigo y la cebada y sumado a que la colza anduvo muy bien puede haber algún corrimiento de área”.

El tipo de cambio tan fuerte de Uruguay se vuelve una exigencia muy importante a toda la exportación.

El del trigo es un caso claro de como a pesar de la excelente productividad, el freno parece venirse en el año que está por empezar.

Riego Trigo 03

Producción de trigo bajo riego.

Juan Samuelle (archivo)