El Gobierno Departamental de Rocha entregó viviendas a cuatro familias del barrio Progreso, que pasarán las fiestas en su nuevo hogar. Fiorella, Margarita, Emilio y Andreina recibieron las llaves de sus casas en una jornada cargada de emoción y sentido social.
Con esta acción, el Departamento de Vivienda Social cierra el año con más de 150 intervenciones en viviendas carenciadas en todo el departamento, consolidando una política pública que apuesta a la dignidad y al derecho a la vivienda.

En el barrio Progreso, la escena se repitió con una carga simbólica difícil de disimular: llaves en mano, abrazos contenidos y la certeza de que, para cuatro familias, estas fiestas ya no serán iguales. Fiorella, Margarita, Emilio y Andreina recibieron su vivienda de manos del Gobierno Departamental de Rocha, en una jornada que combinó gestión pública y reparación social.

La entrega no fue un gesto aislado ni una postal de ocasión. Forma parte de una política sostenida que, según datos oficiales, permitió al Departamento de Vivienda Social cerrar el año con más de 150 intervenciones en viviendas carenciadas, una cifra que marca la dimensión del esfuerzo desplegado en distintos puntos del departamento.

El acto contó con la presencia del secretario general Valentín Martínez, el director de Obras Leandro Pida, el capataz de obras Darwin Suárez y la directora de Vivienda Social Cristina Pereyra Olivera, quienes acompañaron a los vecinos y vecinas en un momento que trasciende la obra material y se inscribe en el derecho básico a habitar con dignidad.

Detrás de cada llave entregada hay meses de trabajo técnico, planificación y ejecución, pero también una lectura política clara: la vivienda no puede seguir siendo una promesa postergada ni una estadística fría. En un contexto social donde el acceso a un hogar propio sigue siendo una de las principales demandas, Rocha decidió poner el foco en el territorio y en quienes más lo necesitan.

Para las familias del barrio Progreso, el cambio es inmediato y concreto. Para la gestión departamental, el cierre del año encuentra una señal definida: cuando el Estado llega, la vida cotidiana cambia. No se trata solo de casas; se trata de comunidad, arraigo y futuro.

Bajo la consigna de Gobierno de Todos, la política habitacional se vuelve, en este caso, una llave que abre algo más que una puerta: abre oportunidades.