El jefe departamental de Rocha, Alejo Umpiérrez, fue distinguido hoy en Bogotá como Gobernante solidario e incluyente de Latinoamérica, un reconocimiento otorgado por Inclusocial a líderes de gobiernos locales cuyo aporte social marca impacto real en sus comunidades. En el caso de Rocha, la distinción se apoya específicamente en el programa Venciendo Adicciones, dirigido por Ana Serralta, una experiencia de abordaje humano, cercano y empático hacia personas con consumo problemático, que hoy se convierte en modelo replicable para otros países.

Jorge Escalante, director de Inclusocial, destacó que el intendente es reconocido por gobernar con sensibilidad social, por generar herramientas de integración y por políticas que trascienden la asistencia para transformarse en acompañamiento vital en la vida de las personas. Entre los antecedentes, recordó que en 2022 otro programa del gobierno rochense, Rocha vuelve a sonreír, también había sido premiado.

Pero el corazón del reconocimiento está claramente en el trabajo de Serralta —ideóloga, impulsora y responsable de Venciendo Adicciones—, cuyo testimonio público refleja la dimensión humana del proyecto: es un trabajo de cercanía, de mano tendida, de seguimiento constante, donde cada recuperación verdadera no se mide en estadísticas, sino en abrazos y reencuentros con la dignidad personal.

Lo dijo con su propia voz, en los micrófonos de Nueva Radio Lascano,  sin épica forzada ni marketing político: 

comenzó “con una hojita y caminando el departamento”, y hoy Rocha tiene un programa que atiende entre 4 y 6 personas nuevas por día, con pacientes en recuperación, con un equipo empático y con planes concretos de ampliación operativa. En marzo se abrirá una oficina en Lascano, y se firmará además un convenio con la comunidad Betania para contar con internación gratuita cuando la abstinencia ambulatoria no alcanza. También se incorporará un psiquiatra propio al equipo, ganando autonomía y rapidez en la atención.

Este reconocimiento sorprende a Serralta, no por falsa modestia, sino por sinceridad: “el premio no trae dinero, ni financiamiento —dice—; es simbólico, es moral, y nos fortalece”. Su visión es clara: no comenzó este camino buscando aplausos, sino para salvar personas reales de situaciones reales.

Y ese es justamente el punto más importante: este no es un premio ornamental para figurar en sesiones fotográficas; es una distinción que legitima una política pública que funciona, que produce efecto social directo y que demuestra que la cercanía comunitaria puede ser más eficaz que las burocracias herméticas.

Serralta lo resume con una frase que define la esencia del proyecto: 

“El éxito no está en Latinoamérica hablando de nosotros; está en cada abrazo al dar el alta después de un año limpio.”

Este reconocimiento —que reúne autoridades de más de diez países— posiciona a Rocha como un laboratorio social posible dentro de Uruguay. Nuestra opinión es simple y clara: cuando un gobierno territorial logra que otros países quieran replicar uno de sus programas, no estamos frente a propaganda, sino frente a un logro de gestión con impacto humano actual y tangible.

Al cierre del acto, Inclusocial recordó la esencia del galardón: el reconocimiento Gobernante solidario e incluyente de Latinoamérica distingue a autoridades que impulsan programas sociales innovadores, efectivos y transformadores, con énfasis en políticas de integración y acompañamiento real. Rocha, hoy, quedó escrita en esa lista.