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Según datos de la Dirección Nacional de Migración, durante el fin de semana previo a Año Nuevo —entre el viernes 26 y el domingo 28 de diciembre de 2025— se registró un importante movimiento de personas en los pasos fronterizos del país. Uno de los puntos con mayor actividad fue Chuy, donde se contabilizaron 6.201 ingresos, mientras que los egresos alcanzaron las 2.426 personas, confirmando una tendencia clara: más turistas entrando que saliendo. Las cifras anticipan una temporada estival intensa, con impacto directo en el comercio, el turismo y los servicios, especialmente en la franja este del país.

El verano no se anuncia con discursos ni con campañas publicitarias: se percibe en las fronteras. Y este fin de semana previo a Año Nuevo dejó una señal clara. Uruguay comenzó a recibir el pulso de la temporada estival, con un flujo sostenido de visitantes que ingresaron al país entre el viernes 26 y el domingo 28 de diciembre de 2025, según informó la Dirección Nacional de Migración.

En ese corto período, el paso fronterizo del Chuy volvió a ocupar un lugar central en el mapa turístico del país. Por allí se registraron 6.201 ingresos, una cifra que confirma el rol estratégico de la frontera norte de Rocha como puerta de entrada al verano uruguayo. En sentido inverso, se contabilizaron 2.426 egresos, lo que marca un saldo ampliamente positivo en términos de movimiento turístico.

Los números, aunque parciales, anticipan lo que suele repetirse cada temporada: el este del país vuelve a ser protagonista. Pero esta vez el dato tiene una lectura más profunda. El Chuy no solo funciona como paso fronterizo; es termómetro económico, social y cultural de una temporada que comienza a delinearse con expectativas moderadas pero firmes.

El flujo de turistas impacta de forma directa en La Paloma, Punta del Diablo, Barra del Chuy y toda la franja costera rochense, donde comercio, servicios y empleo dependen en gran medida del comportamiento de estas primeras semanas. Cada ingreso es una reserva potencial, una compra, una noche de alojamiento, un restaurante que abre más temprano o cierra más tarde.

En un contexto regional marcado por la cautela económica, estos movimientos adquieren valor simbólico y práctico. No se trata solo de cifras: es la confirmación de que el verano volvió a ponerse en marcha. Y lo hizo, una vez más, por el norte de Rocha.

La temporada recién comienza. Pero las fronteras ya hablaron.

Autor: ROCHAALDIA.COM