Misterios del Atlántico: Uruguay explora su mar profundo a bordo del Falkor
A bordo del buque internacional Falkor, investigadores de la Universidad de la República, el Ministerio de Ambiente y el MGAP exploran el fondo oceánico frente a nuestras costas. En esta misión participa la Licenciada Ana Martínez, funcionaria de DINARA, especialista en microalgas y responsable del monitoreo de mareas rojas. Su tarea es recolectar muestras de fitoplancton, medir clorofila y analizar organismos microscópicos, fundamentales para la vida marina y para el equilibrio del planeta.
El fitoplancton produce más de la mitad del oxígeno que respiramos, regula el clima y sostiene toda la cadena alimenticia del mar.
Con esta expedición, Uruguay Sub200 se suma al desafío global de conocer y proteger nuestros océanos.
A 40 millas de la costa uruguaya, el Atlántico guarda secretos que aún permanecen en penumbras. Bajo la superficie, donde la luz apenas logra filtrarse, se despliega un universo invisible y esencial para la vida en el planeta. Con esa misión, el buque de investigación Falkor, del Schmidt Ocean Institute, navega en aguas nacionales hasta el 19 de setiembre, acompañado por un equipo internacional y la participación de científicos de la Universidad de la República, el Ministerio de Ambiente y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
En este escenario de descubrimiento, Uruguay suma un capítulo clave: la presencia de técnicos de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA–MGAP), responsables de observar, acompañar y documentar los estudios que marcarán un hito para el conocimiento de nuestros mares.
Una científica frente al plancton invisible
Entre ellos se destaca la labor de la Lic. Ana Martínez, especialista en microalgas y responsable del monitoreo de mareas rojas en nuestro país. Desde la cubierta del Falkor, Martínez se convierte en guardiana de lo diminuto: recolecta muestras de fitoplancton, toma agua a diferentes profundidades, analiza clorofila, bacterias y organismos microscópicos, y mide componentes químicos que dan pistas sobre la salud del océano.
Su tarea no se reduce a la observación: es una ventana hacia lo que sostiene la vida. El fitoplancton —esas microalgas casi invisibles— produce más de la mitad del oxígeno que respiramos, regula el clima global al absorber dióxido de carbono y constituye el primer eslabón de la cadena alimenticia marina. Sin ellas, no habría peces, mariscos, ni mucho menos los alimentos que llegan a nuestra mesa.
El mar como laboratorio vivo
La expedición Uruguay Sub200 no solo busca mapear el fondo marino: también es un viaje hacia la comprensión de los equilibrios que sostienen la vida en el planeta. Cada gota de agua extraída, cada análisis microscópico, representa una pieza en el rompecabezas oceánico.
En un contexto de cambio climático y presión sobre los ecosistemas, el trabajo de Martínez y del equipo de DINARA reafirma una verdad esencial: cuidar lo pequeño es preservar lo inmenso.
Las imágenes enviadas desde el Falkor transmiten la emoción de un viaje donde la ciencia se convierte en aventura, y donde Uruguay se asume como protagonista en la exploración de su propio mar.




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