La pulseada entre ADEOM y el Ejecutivo departamental escala a un terreno incómodo: la exposición pública de los sueldos. Desde el gobierno se muestran cifras que colocan a Rocha en la élite nacional. El sindicato responde que detrás de los promedios hay trabajadores que no llegan a fin de mes y denuncia un modelo de precarización. La mesa bipartita de hoy promete ser de alto voltaje.

El artículo publicado en Rochaaldia.com con información oficial de la Intendencia encendió la chispa: más de 1.000 funcionarios municipales con sueldos que oscilan entre $50.000 y $100.000, casi 200 por encima de los $100.000, y un promedio general de $79.139 para un total de 1.158 trabajadores. “Rocha está entre los cuatro gobiernos departamentales con mejores salarios municipales”, replicaron fuentes del Ejecutivo, que defendieron la propuesta de mantener los ajustes por IPC y cerraron la puerta a mejoras adicionales.

La respuesta sindical no tardó en llegar. Milton Méndez, dirigente de ADEOM, apuntó contra lo que calificó como una estrategia de desgaste:

“Exponer los sueldos de los trabajadores ante la opinión pública es un golpe bajo. Nosotros también tenemos sueldos para exponer: los cargos políticos, la cantidad de puestos, lo que ganan… pero no entramos en ese barro. Sí nos defendemos”.

El discurso de Méndez desnuda la grieta de fondo: el sindicato acusa al gobierno de “apuntar al achicamiento del Estado” y de abrazar “un modelo neoliberal” basado en “mano de obra barata y no calificada”. Según él, la proliferación de jornales solidarios y programas como “A Ganar” son apenas “parches de subsistencia” que ocultan la falta de políticas de desarrollo genuino:

“Un salario de $25.000 no sostiene ni a una persona sola, mucho menos a una familia. Eso no es trabajo digno, es flexibilización laboral disfrazada de caridad”.

El Ejecutivo, por su parte, insiste en que la realidad es otra: Rocha ocupa un lugar de privilegio en la escala salarial del país, con una suba acumulada del 5,25% en el salario real en los últimos cinco años. Y remarcan un detalle que buscan transformar en munición política: “Los funcionarios ganan más que alcaldes o directores. No hay cargos de confianza en la foto que mostramos”.

En este cruce, las cifras se convierten en armas y los promedios en trincheras. ADEOM advierte que “en el mar de los promedios se ahogan los enanos” y denuncia que la discusión pública de los salarios invisibiliza la realidad cotidiana de cientos de trabajadores. El Ejecutivo, en cambio, exhibe números para demostrar solidez y cerrar filas ante un reclamo que juzga desmedido.

La mesa bipartita que se concreta hoy en el edificio central municipal no será un mero trámite: es el escenario de un choque frontal entre dos relatos irreconciliables. De un lado, un sindicato que clama por “recuperación y mejora” en tiempos de inflación que erosiona bolsillos. Del otro, un gobierno que se parapeta detrás de estadísticas y promesas de estabilidad.

El resultado, más allá de la firma o el portazo, marcará un precedente: si la negociación colectiva es un espacio de diálogo o un ring donde los números y las convicciones chocan sin piedad.