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La calma que define a Castillos, una ciudad de 7.500 habitantes en el departamento de Rocha, se quebró en los últimos días. Panaderías, supermercados, estaciones de servicio y hasta empresas familiares se han convertido en blanco de una ola de robos que parece no dar tregua. Los vecinos denuncian que la situación es insostenible y apuntan directamente al sistema judicial: “La ciudad ya no puede más”, advirtieron en una reunión pública realizada en la plaza.

Los testimonios son tan duros como repetidos. Una comerciante contó que su panadería fue asaltada en dos ocasiones en el mismo fin de semana. “El sábado nos rompieron la puerta y se llevaron mercadería; el domingo volvió la misma persona, nos apuntó en la cabeza y exigió el dinero. Está identificado, pero sigue en libertad”, relató, con bronca e impotencia.

La dueña de una distribuidora de gas aseguró que en septiembre le robaron 20 garrafas y semanas después sufrió un asalto con pérdidas en efectivo. “Vivimos con miedo porque ya están entrando a mano armada. Lo mínimo que pedimos es que la fiscal y la jueza den la orden de detenerlos”, reclamó.

Otros habitantes coinciden en el mismo diagnóstico: el problema no radica en la acción policial, sino en las puertas giratorias de la Justicia. “No le echamos la culpa a la Policía porque ellos los agarran, pero un poco más tarde los largan”, dijo un vecino durante el encuentro ciudadano.

El operativo policial

La presión social obligó a mover fichas. Según información extraoficial a la que accedió Rochaaldia.com, desde la noche del lunes se desplegó un operativo policial de gran magnitud en distintos puntos de Castillos, incluso en zonas periféricas como las inmediaciones del cementerio.

Los procedimientos incluyeron múltiples allanamientos y culminaron con al menos cinco detenciones de individuos señalados por su vinculación con los robos recientes. En las últimas horas, personal de la Seccional 4ª y del área de Investigaciones logró la captura del principal sospechoso, considerado el responsable de varios de los delitos que desataron la alarma vecinal.

La operación fue resultado de la coordinación entre la Jefatura de Policía de Rocha y la Fiscalía, y se concretó también gracias a información aportada por algunos vecinos.

Un reclamo que no se apaga

Pese a las detenciones, la sensación en Castillos sigue siendo de fragilidad. Los habitantes temen que, como ya ocurrió en ocasiones anteriores, los detenidos vuelvan a quedar en libertad en cuestión de horas o días. “No alcanza con detenerlos, necesitamos que la Justicia actúe con firmeza. La ciudad está harta”, remarcó un comerciante.

La inseguridad, un problema que se percibía lejano en esta localidad del norte rochense, hoy marca el pulso cotidiano de sus habitantes. Los vecinos aseguran que ya no se trata de hechos aislados, sino de una dinámica criminal instalada que pone en jaque al comercio y a la vida diaria.

Mientras tanto, en la plaza, en las panaderías y en las estaciones de servicio, la misma frase se repite como un mantra colectivo: “La ciudad ya no puede más”.

Autor: ROCHAALDIA.COM