Basura en plena calle desata la indignación del Director de Gestión Ambiental
La ciudad de Rocha amaneció con una postal que resume uno de los desafíos más persistentes de la vida urbana: la basura depositada en lugares indebidos. La acción de un vecino, que arrojó residuos en la vía pública sin seguir los mecanismos establecidos, provocó un fuerte pronunciamiento del Director de Gestión Ambiental de la Intendencia, Ramón Lorente, quien no ocultó su malestar ante una conducta que calificó de inadmisible.
“Así es imposible mantener una ciudad limpia. Cuando existen vecinos que realizan este tipo de acciones, sin tener el más mínimo interés en el bien común, la tarea de higiene se torna muy difícil”, expresó Lorente con visible indignación.
La ciudad, rehén de la irresponsabilidad
El episodio, aparentemente menor, trasciende por lo que revela: una falta de conciencia ciudadana que compromete los esfuerzos municipales por mejorar la gestión de residuos. “No es tirar para la calle. Están muy equivocados. Se puede solucionar de otra manera”, advirtió el jerarca, subrayando que existen canales de colaboración y apoyo por parte de la Intendencia para la correcta disposición de los desechos.
Lorente recordó que el Gobierno de Rocha cuenta con programas de recolección y atención a situaciones especiales, y que el contacto directo con la Dirección de Higiene Ambiental permite encontrar soluciones rápidas y sostenibles. Sin embargo, cuando predomina la indiferencia vecinal, los esfuerzos institucionales se diluyen y la imagen de la ciudad se degrada.
El peso de las sanciones
El director fue categórico al anunciar que este tipo de conductas no quedarán impunes. “Rechazamos categóricamente este tipo de acciones y vamos a proceder de acuerdo a todas las normas vigentes para sancionar debidamente”, aseguró. El mensaje deja en claro que la Intendencia recurrirá a los instrumentos legales disponibles para penalizar a quienes persistan en prácticas que atentan contra la limpieza urbana.
El bien común en juego
La escena de basura abandonada en plena capital departamental no solo afecta la estética de la ciudad. Se trata, además, de un problema de salud pública y de convivencia. La acumulación de residuos en espacios inadecuados favorece la proliferación de vectores y genera focos de contaminación que impactan de manera directa en la calidad de vida de los habitantes.
Lorente apeló, en última instancia, a la responsabilidad compartida. La limpieza de Rocha no depende únicamente de los trabajadores municipales o de la maquinaria de la Intendencia. Es, sobre todo, el resultado de una ciudadanía consciente de que el espacio público es de todos y que el descuido individual se multiplica en perjuicio colectivo.
“Podemos colaborar, podemos ayudar, pero lo que no podemos aceptar es la negligencia. El compromiso ciudadano es tan importante como el trabajo institucional”, concluyó.
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