En un plenario con fuerte respaldo del PIT-CNT, los trabajadores resolvieron condicionar las contrataciones de la Intendencia al cumplimiento estricto de las normas de salud ocupacional. “Nadie quiere volver a su casa con un compañero herido o muerto”, advirtió Nelson Alonso, técnico prevencionista, directivo  de ADEOM Rocha e integrante de la comisión de salud laboral. .

Rocha dio un paso al frente en la agenda sindical de seguridad laboral. El 11 de setiembre, más de sesenta delegados de trabajadores municipales reunidos en plenario definieron un conjunto de resoluciones que ponen bajo la lupa la gestión del Ejecutivo departamental y marcan un giro en la cultura de prevención dentro de la función pública.

La jornada, acompañada por el Secretariado de Salud Ocupacional del PIT-CNT y referentes del instituto Cuesta Duarte, concluyó con la exigencia de un plan quinquenal de gestión en seguridad y salud ocupacional elaborado dentro de la COSYSO, con presupuesto asignado, controles efectivos y la aplicación estricta del decreto 127/2014, que obliga a las instituciones a contar con médicos laborales, técnicos prevencionistas y capacitaciones regulares.

“Esta instancia era de suma importancia, no solo en lo personal sino también para transmitir al resto de los compañeros”, señaló a Rocha al Día Nelson Alonso. “En la Intendencia han decaído las capacitaciones y los controles. Queremos revertir esa tendencia, mejorar las condiciones y que la seguridad deje de ser letra muerta”.

Tercerizaciones bajo la lupa

Uno de los puntos más duros del plenario fue el que afecta a los procesos licitatorios. Los trabajadores resolvieron que ninguna empresa contratada por la Intendencia podrá operar sin técnico prevencionista. El objetivo: cortar de raíz con la precarización en los servicios tercerizados, donde, denuncian, se concentran los mayores riesgos.

Además, se pondrá en marcha un cronograma de capacitaciones sectoriales y un protocolo de actuación específico para empresas privadas que trabajan con la comuna.

Delegados con poder de parar tareas

Otro de los consensos centrales fue reforzar el poder de los delegados de seguridad laboral, quienes podrán ordenar la detención inmediata de cualquier tarea que represente un riesgo, ya sea ejecutada por municipales, fundaciones o empresas unipersonales.

“No importa quién la realice ni lo que pase después: si hay peligro para un trabajador, esa tarea debe parar”, subrayó Alonso. Y agregó: “Nadie quiere ver a un compañero caído a su lado. Todos queremos volver a casa enteros, con la familia que nos espera”.

La sombra de las cifras

Las resoluciones de ADEOM se inscriben en un contexto alarmante. Según datos manejados por el SUNCA, en Uruguay muere un trabajador cada 10 días por accidentes laborales, y por cada fallecido se registran entre 20 y 30 casos de mutilación o lesiones graves.

Las enfermedades profesionales, más invisibles y de largo plazo, completan un cuadro aún más dramático: desde los obreros expuestos al polvo que desarrollan afecciones pulmonares, hasta quienes manipulan agrotóxicos y terminan con cáncer de piel o problemas sanguíneos.

“Queremos llegar a la jubilación en las mejores condiciones posibles”, advirtió Alonso. “Si un trabajador se retira con un ingreso reducido y lo gasta en medicamentos por enfermedades que se podrían haber prevenido, ¿qué vida le queda? La prevención no es un lujo, es una necesidad vital”.

“Cero Accidentes”

El plenario respaldó también la campaña nacional “Cero Accidentes”, impulsada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Banco de Seguros y las cámaras empresariales, como un marco común para reducir la siniestralidad.

“ADEOM Rocha va a estar en esa pelea”, aseguró Alonso. “Se trata de instalar una cultura de seguridad desde el primer día de trabajo. Capacitar a delegados, exigir controles, investigar accidentes y comprometer a la Intendencia como responsable principal”.

Las resoluciones, insisten los municipales, no son simples declaraciones: son compromisos de lucha. En un escenario en el que la rentabilidad suele imponerse a las condiciones de trabajo, los trabajadores rochenses elevaron la voz para recordar que el valor más irrenunciable es la vida.